Las pertenencias del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, que gobernó la República Dominicana durante 31 años, serán mostradas en una sala que abrirá el Museo de Historia y Geografía el próximo año.
Parte de los bienes del dictador, quien fue ajusticiado el 30 de mayo de 1961, están empaquetadas en un furgón a la espera de que concluya el proceso de remodelación del museo, ubicado en la Plaza de la Cultura.
Para mostrarlos al público, el museo rescatará las pertenencias de Trujillo Molina que están en manos de particulares, ya sea en calidad de donación o prestadas, según informó su director, Miguel de Camps Jiménez, al ser entrevistado por Listín Diario, vía telefónica.
“Nosotros estamos tratando de recuperar cuestiones que pertenecieron a Trujillo”, enfatizó, tras precisar que hay cosas que están en manos de particulares, por lo que esperan que las donen, presten o cedan para ser mostrados durante un tiempo o con carácter indefinido.
De Camps Jiménez aclaró que no van a comprarlas porque los recursos económicos no dan para tanto por ahora.
Puntualizó que se estima que los trabajos de remodelación del edificio que aloja el museo finalizarán en noviembre del 2019 y que a partir de esa fecha se tomarán alrededor de cinco meses habilitando los museos para ponerlos a funcionar.
Contenido del furgón
De Camps Jiménez señaló que entre los objetos que están empaquetados en el furgón hay vajillas con las siglas del nombre del dictador y uniformes.
De estos últimos, dijo que se han deteriorado bastante por las inclemencias del tiempo y por el maltrato que tenían cuando el museo estaba abandonado.
De la Casa de Caoba
La Alcaldía de San Cristóbal, en la gestión de José Román García Montás, entregó en el 1987 al Museo de Historia y Geografía una serie de pertenencias que el dictador tenía en la Casa de Caoba, una vivienda campestre ubicada en el sector La Suiza, al norte de la ciudad de San Cristóbal, mediante un inventario realizado el 2 de febrero de ese año.
El inventario fue remitido al director de Listín Diario, Miguel Franjul, por la Defensora del Pueblo, doctora Zoila Martínez, mediante una comunicación en la que expone que ciudadanos curiosos se acercan al Defensor del Pueblo inquiriendo dónde están los bienes muebles de Trujillo.
En el acta de inventario levantado por la abogada notaria pública Milagros Rodríguez, se indica que el fin es restaurar los bienes. Se levantó una ficha que ordena los bienes inventariados del 1 al 640.
El notario público hace la observación de que en el acta contiene “un error material pero no fundamental del número del 550 al 59”.
Está firmada, además del entonces alcalde de San Cristóbal, por Aleyda Alba de Hoepelman, que en ese época era la encargada de los talleres de restauración del Museo de las Casas Reales, y Norma Blandino de Gutiérrez, encargada de la sección de inventario del Museo de Historia y Geografía, así como por el testigo William del Villar.
Se hace constar que en el inventario hay una lista de 23 bienes que se quedaban en la Casa de Caoba, la cual está abandonada, por lo que se desconoce qué pasó con esos objetos.
Bienes inventariados
Entre los bienes inventarios figuran los trajes militares de Trujillo color blanco, crema, verde olivo, azul marino y negro; trajes de vestir, frascos de perfume, smoking, sombreros, quepis militares, polainas en cuero, maletines en cuero, una banda presidencial; pantalones de montar, juegos de guantes y otras pertenencias de uso personal.
Además, enseres del hogar, como armarios, camas, sillas, muebles, sillón de escritorio, butacas, tablillero y mesas de caoba.
Además, dos cajas con fragmentos de platos de porcelana, dos cajas con seis lámparas, un mueble tipo seibó tallado en relieve, un reproductor de música tipo consola, mesa de masajes en mal estado, una vellonera en malas condiciones, jarro en plata, reloj en mármol, cofre con iniciales, candelabros, varios cuadros representando un muelle. La Inmaculada, San Rafael, trofeos, porta banderines, cuadro de la virgen de La Altagracia y sillón de barbería.
A la Casa de Caoba se dirigía Trujillo la noche del 30 de mayo de 1961 cuando fue ajusticiado.