Por qué el núcleo de hielo más antiguo podría ser clave para el cambio climático

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En lo más remoto de la Antártida, donde las temperaturas pueden descender hasta los -80°C, un grupo de científicos trabaja en una misión que podría redefinir la comprensión del cambio climático. El proyecto Million Year Ice Core, liderado por el paleoclimatólogo Joel Pedro, busca extraer núcleos de hielo con más de un millón de años de antigüedad. En ellos se encuentran atrapadas burbujas de aire fósil, vestigios de la atmósfera de tiempos remotos que podrían ofrecer pistas cruciales sobre el pasado y el futuro climático del planeta, informó The Guardian Weekly.

La expedición australiana no estuvo exenta de desafíos. Durante la temporada 2023-24, una serie de contratiempos, desde tormentas hasta un brote de COVID-19 entre los investigadores, obligó a retrasar los planes de perforación. Sin embargo, un hallazgo inesperado los llevó a replantear su estrategia y trasladarse a un nuevo sitio con el potencial de revelar un registro climático aún más antiguo.

Un camino lleno de obstáculos

Explorar el corazón de la Antártida supone un esfuerzo logístico colosal. Antes de iniciar la perforación, un convoy de 500 toneladas debía recorrer 1.200 kilómetros desde la estación Casey hasta el sitio de investigación en Little Dome C.

Sin embargo, tres tormentas de nieve consecutivas impidieron los vuelos de los científicos hacia la estación Concordia, a solo 10 kilómetros del sitio de perforación. La ventana de tiempo para trabajar en la Antártida es reducida: en febrero, las temperaturas descienden hasta los -60°C, demasiado frías para operar maquinaria pesada. Con el reloj en contra, el equipo tomó la difícil decisión de cancelar la temporada de perforación.

Mientras tanto, a solo 4 kilómetros de distancia, otro equipo internacional avanzaba con su propio proyecto, Beyond Epica. Con el respaldo de 10 países europeos, esta iniciativa había logrado perforar hasta la base de la capa de hielo, extrayendo un núcleo de 2,8 kilómetros de profundidad con hielo de 1,2 millones de años.

Un cambio de planes y una nueva esperanza

El retraso en la misiónEl retraso en la misión llevó a los científicos a reconsiderar su enfoque y explorar un sitio prometedor (REUTERS)

El retraso de la temporada llevó a los científicos australianos a reconsiderar su estrategia. Modelos y estudios de radar publicados en 2023 sugirieron que un sitio a 45 kilómetros al norte, Dome C North, podría albergar hielo aún más antiguo, con hasta 3,2 kilómetros de espesor y potencialmente hasta 2 millones de años de antigüedad.

El cambio de ubicación no fue una decisión fácil. “Tuve muchas noches de insomnio pensando en ello”, reconoció Joel Pedro. Sin embargo, si el nuevo sitio contenía hielo más antiguo que el encontrado por el equipo europeo, el esfuerzo habría valido la pena.

En diciembre de 2024, un convoy de 642 toneladas partió desde Casey en un viaje de 18 días hasta Dome C North. La expedición llegó en Nochebuena, justo a tiempo para celebrar con los equipos franceses e italianos en la estación Concordia. Dos días después, el equipo científico aterrizaba para dar inicio a la instalación de la infraestructura necesaria para la perforación.

Un registro congelado en el tiempo

Para llevar a cabo el trabajo, los científicos construyeron un refugio de perforación permanente de 27 metros de largo, diseñado para soportar temperaturas extremas de hasta -80°C. En su interior se instaló un taladro de más de 8 metros de longitud, con el que esperan perforar a lo largo de cinco años hasta alcanzar la roca madre a más de 3 kilómetros de profundidad.

El proceso comenzó en enero de 2025. En los dos primeros días de trabajo, lograron extraer núcleos de hielo de hasta 80 metros de profundidad, lo que ya ofrece un registro climático de los últimos 4.000 años. Para finales de mes, el objetivo es alcanzar los 150 metros.

Claves para entender el futuro del clima

Los núcleos de hielo extraídos serán trasladados a Australia bajo condiciones de congelación extrema para su análisis. Los estudios incluirán la medición de isótopos de oxígeno, que permiten reconstruir las temperaturas pasadas, y un análisis químico en busca de rastros de polvo continental y erupciones volcánicas. También se examinarán los niveles de gases de efecto invernadero atrapados en el hielo, con el fin de entender cómo variaron las concentraciones de CO₂ a lo largo de la historia del planeta.

Si logran extraer hielo de más de 1,2 millones de años, podrán extender el registro climático más allá de un período clave conocido como la transición del Pleistoceno medio, cuando los ciclos glaciares de la Tierra cambiaron drásticamente.

“Será una valiosa adición a nuestra comprensión del clima pasado de la Tierra y esencial para probar modelos climáticos futuros”, afirmó Pedro.

Un legado para la ciencia y el medioambiente

Los núcleos de hielo ayudaránLos núcleos de hielo ayudarán a descifrar la estabilidad climática a largo plazo (Europa Press)

La información obtenida de estos núcleos de hielo será crucial para comprender la estabilidad climática a largo plazo. Los datos permitirán afinar los modelos de predicción del cambio climático y entender mejor las dinámicas de los ciclos de hielo y calentamiento en el planeta.

Mientras el mundo sigue enfrentando el desafío del calentamiento global, la Antártida esconde en su hielo milenario las claves para interpretar el pasado y anticipar el futuro. Gracias a la perseverancia de estos científicos, la historia del clima de la Tierra sigue escribiéndose, un núcleo de hielo a la vez.

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