Republica Dominicana, cuna de un patrimonio de gran valor

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    Desde 1990, la República Dominicana ha ido ganando reconocimiento por sus sitios históricos y sus creaciones artísticas en las listas del patrimonio material y vivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

    La conquista más reciente ha sido con la música y el baile del género bachata que fue inscrita en la lista representativa del patrimonio cultural de la humanidad.

    El organismo internacional consideró en un comunicado que “la bachata dominicana es una expresión musical bailable, nacida de la fusión del ritmo del bolero con el de otros géneros musicales afroantillanos” y que “este elemento del patrimonio vivo forma parte integrante de todas las celebraciones populares y tradicionales de la República Dominicana y se aprende espontáneamente por doquier desde la infancia”.

    El merengue

    La inclusión de la bachata en esta lista ocurre tres años después de que el merengue fuera inscrito como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

    En su declaración del 2016, la Unesco valoró que el ritmo de la güira y la tambora sea parte integrante de la identidad nacional de la comunidad dominicana y, además, porque desempeña un papel activo en numerosos ámbitos de la vida diaria de la población: la educación, las reuniones sociales y amistosas, los acontecimientos festivos e incluso las campañas políticas electorales.

    Resaltó que el 26 de noviembre de 2005 esta práctica cultural tradicional obtuvo un reconocimiento público con la publicación de un decreto presidencial con el que se proclamó el Día Nacional del Merengue.

    Teatro Cocolo Danzante de SPM

    El Teatro Cocolo Danzante de San Pedro de Macorís es otra de las expresiones culturales dominicanas inscritas en esta importante lista en el 2008, aunque originalmente había sido proclamada en 2005.

    Esta manifestación artística se heredó de los descendientes de los esclavos británicos del Caribe, que llegaron a la República Dominicana a mediados del siglo XIX para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar.

    Los Congos de Villa Mella

    El espacio cultural de la Cofradía del Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella también fue inscrito en 2008 como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad (originalmente proclamado en 2001).

    En ese momento, la Unesco valoró que “los músicos de la Cofradía tocan instrumentos llamados congos. Estos congos, cuyo origen se atribuye al Espíritu Santo, son tambores que se tocan con las manos. La Cofradía, que en la actualidad está abierta a todos sin distinción de sexo ni de origen, fue fundada en el siglo XVI por esclavos africanos y mestizos. Por estas razones históricas, la Cofradía es un elemento importante en la identidad cultural de esta población y de toda la región”.

    “La perennidad de la Cofradía siempre se ha visto amenazada por la falta de interés de las autoridades por las culturas de origen africano y mestizo. Hoy día, la aceleración del crecimiento urbano, las migraciones, el desempleo y la uniformización de los valores no hacen sino reforzar los prejuicios y la incomprensión con respecto a la Cofradía.

    Ciudad Colonial

    A parte de la importante presencia de la República Dominicana en la lista Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, la Unesco inscribió en 1990 a la Ciudad Colonial de Santo Domingo en la Lista del Patrimonio Mundial por su “valor universal excepcional”.

    Esta zona “fue fundada seis años después del descubrimiento de la isla por Cristóbal Colón en 1492. Santo Domingo es la ciudad donde se construyeron la primera catedral, el primer hospital, la primera universidad y la primera aduana del continente americano. La ciudad colonial fue construida con arreglo a un trazado en damero que sirvió de modelo a casi todos los urbanistas del Nuevo Mundo”, destacó en su momento.

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