San Nicolás de Bari fue el primer hospital de América

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A su llegada al nuevo mundo, después de trasladar la ciudad al lado oeste del río Ozama y trazarla en cuadrícula, al estilo de Santa Fe, a las afueras de Granada, y siguiendo el patrón del castro clásico romano; el gobernador frey Nicolás de Ovando dispuso la construcción de un hospital.

Esta edificación civil fue, desde todo punto, necesaria, dada la situación de Santo Domingo como sede del gobierno del nuevo mundo y punto al que acudían todos los exploradores, descubridores y colonizadores de ese portentoso e increíble hallazgo que acababan de efectuar los osados aventureros españoles.

Ovando, veterano de la conquista de Granada, se familiarizó con los establecimientos de salud levantados por los moros, famosos en el mundo entero conocido, los que fueron imitados por los cristianos.

El Comendador quiso tener un lugar en donde sanar los cuerpos maltrechos por la aventura, aparte de las heridas que sufrían tanto españoles como nativos en el proceso de conquista y pacificación de la isla. Además de las afecciones de los vecinos de la incipiente villa.

En la actualidad

Hoy en día solo se conservan las ruinas de lo que fue el primer hospital construido en América. Además de dos espacios dedicados al culto, pertenecientes a la capilla original del hospital y que se hallan integrados a la iglesia de Nuestra Señora de la Altagracia, levantada por el ingeniero Oswaldo Báez en la primera mitad del siglo XX, la que fue edificada sobre una parte del solar del establecimiento hospitalario.

Las obras se iniciaron en 1503, con dinero aportado por el mismo gobernador Ovando y otros funcionarios de su gobierno.

Varias etapas

El hospital original, cuya primera etapa de construcción constituyó el núcleo del edificio, fue continuado en 1519, con las limosnas de los vecinos.

La tercera etapa de la construcción se inició hacia 1533 y finalizó hacia 1552. Los fondos provinieron en parte de los vecinos y de una donación de la Iglesia, debido a que el hospital quedó bajo la incorporación del hospital del Espíritu Santo de Roma.

Alrededor de la capilla

El establecimiento de salud se desarrolló alrededor de la capilla inicial, dedicada a nuestra Señora de la Concepción, advocación que retomó luego la catedral.

Su planta fue de forma cruciforme, con cupo para sesenta enfermos. Tenía servicios para tísicos, sala para enfermas, y ala de unciones, además de sala para curaciones de heridas y huesos rotos. También tenía ropería y botica.

Esta construcción fue uno de los motivos por los que se consideró a Santo Domingo a la altura de Florencia y Barcelona, a medidos del siglo XVI.

La edificación no solo tuvo una planta eficientemente desarrollada, sino que su altura fue de carácter monumental. Esta fue una de las razones que propiciaron su demolición cuando la edificación comenzó a peligrar. para evitar que, en su caída, dañara las edificaciones a su alrededor.

El desarrollo de la construcción, en el tiempo, de este magnífico establecimiento de salud, permite hoy apreciar los distintos elementos estilísticos que lo constituyeron.

Fue levantado con piedras de sillería, mampostería de ladrillo y ladrillo en hiladas, reforzados con piedra en las esquinas y terminales.

Varios estilos

Los arcos ojivales que corresponden al periodo gótico se entremezclan con las arcadas de medio punto del románico anterior y luego del renacimiento.

Así mismo, se observan arcos rebajados en los grandes salones del hospital. También es notable el uso de elementos renacentistas o platerescos tanto en el primer nivel como en el segundo. Son notables las enormes pilastras adosadas con capiteles clásicos, de donde parten, en algunos de ellos, nervaduras para sostener bóvedas de piedra o ladrillo.

Preservados

Los detalles ornamentales que se han preservado, como son los capiteles de columnas y pilastras, están constituidos por cabezas de angelotes alados, localizados en tres de los cuatro lados.

Todavía hoy se observan las rampas de las escaleras que daban acceso a la segunda planta; constituidas por arcos rampantes realizados en ladrillo que contienen aun la altura y anchura de la huella y contrahuella del escalón.

Contrastes

No todas las cubiertas eran abovedadas, el mayor número era plano, los entrepisos, estaban constituidos por vigas de madera empotradas en los muros, sosteniendo alfajías sobre las que se apoyaban lozas de barro planas como pavimento.

Así como también cubiertas ligeramente inclinadas en los niveles altos.

Espíritu gótico

El espíritu verdaderamente gótico de esta edificación se aprecia claramente en las cubiertas de las dos capillas que permanecen integradas al nuevo templo de La Altagracia.

Con bóvedas nervadas, ojivales, realizadas en ladrillo, con arranques en piedra, los que se aprecian claramente en lo que hoy es Sagrario del templo de la Altagracia. Allí también se puede admirar un hermoso retablo barroco.

Esta edificación de san Nicolás, en estado de ruinas, constituye un enorme valor ambiental en el tejido urbano de Santo Domingo.

Visitantes

—Para estudio
Un fiel testigo del paso del tiempo, las ruinas de San Nicolás de Bari son un libro abierto para estudiar la arquitectura del periodo colonial, así como para deleite de los visitantes en general.

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