Según Mario Mello, director para América Latina de PayPal (plataforma global de pagos en línea), el dinero físico podría comenzar a desaparecer en Dinamarca, a finales de este año. El Banco Central de ese país no fabrica billetes ni monedas desde 2013, y ha invertido muchos recursos en sistemas electrónicos. Además, es probable que en el futuro los daneses prohíban el uso del dinero físico en tiendas de ropa, gasolineras y restaurantes. Suecia sigue el mismo camino. De aquí a cinco años, el Banco Central sueco quiere que la corona (creada en 1873) quede restringida a las pantallas de teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras.
Pero esta revolución también alcanzará al resto de países rápidamente. Mello cita el estudio del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos –la asociación de profesionales técnicos más grande del mundo–, que afirma que el efectivo y las tarjetas de crédito y de débito deberían sustituirse por pagos a través de dispositivos móviles, como máximo en el año 2030. Lo único que podría retrasar estos pronósticos es el temor que sienten algunas personas al usar el dinero digital.
Al 46 por ciento de los entrevistados por este instituto le preocupa ver sus datos ‘volando’ por la nube a disposición de piratas informáticos. Al 33 por ciento le inquieta el procesamiento de pagos no autorizados. Además, el 72 por ciento considera que los servicios bancarios en línea son los que tienen mayores posibilidades de sufrir ataques de hackers. Pero hay razones para decirle adiós al dinero físico, entre ellas que el electrónico sirve para controlar la evasión fiscal; es más ecológico e higiénico.