El lunes 9 de septiembre, Noema Alavez, de 19 años, llevó a sus dos hijos a jugar a un parque en Bridgeton, Nueva Jersey. Mientras los niños se divertían en la zona infantil, ella esperó en el auto, estacionado a unos nueve metros de distancia. Diez minutos después, regresó a los columpios para comprobar que los dos estuvieran bien. Pero sólo encontró a su hijo menor, que lloraba desconsolado. Su helado estaba en el suelo de tierra, y no había rastro de Dulce María, de cinco años.
«Pensé que simplemente estaba jugando al escondite, que estaba entre los árboles», explicó Noema Alavez en declaraciones a NBC Philadelphia.
Noema Alavez le preguntó al niño dónde estaba su hermana, y él, sin dejar de llorar, señaló a un bloque de edificios cercano. Buscó a su hija a gritos, pero no encontró rastro de ella.Llamó a la policía para que la ayudaran, y varios agentes con unidades k-9 (perros policía) recorrieron la zona. Un helicóptero buscaba a Dulce María desde el aire.
Ahora, casi una semana después de su desaparición, las autoridades siguen sin pistas sobre el paradero de la menor. Pero según su madre, los investigadores sospechan que los miembros de la familia están involucrados.
«La policía piensa que nuestra familia hizo esto. Creen que le hice algo. No hice nada. Amo a mi hijo. Nunca le haría nada malo», contó Noema a la cadena NJ Advance Media.
Mientras la madre de los niños esperaba en el auto junto a su sobrina de ocho años, un hombre secuestró en el parque a Dulce María, sin llevarse con él al más pequeño de los hermanos. El sospechoso, informó la policía, es un hombre de constitución delgada, sin vello facial, y con una estatura de entre 1.70 y 1.76 metros. Metió a la niña en una camioneta roja, con cristales tintados y puerta corredera en la parte de los pasajeros.
«Lo único que pedimos es que vuelva a casa sana y salvo», pidió la madre. «No sabemos quién se la llevó, quién está con ella, en qué estado se encuentra o cualquier otra cosa. Lo único que queremos es encontrarla. Daría cualquier cosa para encontrarla«, añadió, con la voz quebrada por el llanto.
Tras el secuestro de Dulce María, la Asociación Benéfica de Policías del Estado de Nueva Jersey ofreció una recompensa de USD 25.000 a cualquiera que facilite información que lleve a dar con la pequeña, cantidad que ahora se ha elevado a USD 35.000.
En el momento de su desaparición, la menor llevaba unos pantalones de flores, una camiseta amarilla y sandalias blancas. La policía además explicó que Dulce María mide 1.05 metros, es de constitución media y tiene el pelo largo y oscuro. Recordaron que la búsqueda continúa activa y decenas de voluntarios se sumaron a los operativos en los últimos días.