Sugieren a médicos pensar en mieloma múltiple al notar ciertos síntomas

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El dolor intenso en los huesos, fracturas patológicas, síntomas de anemia, como mareos, debilidad general, fatiga, infecciones frecuentes y en ocasiones tumores óseos, son síntomas comunes del mieloma múltiple, un tipo de cáncer de sangre, que puede afectar a cualquier edad, pero es más frecuentes en mayores de 60 años.

Ante estos síntomas es importante que el médico que atiende de primera mano al paciente piense en esa enfermedad, que aunque es rara, dentro de los cánceres de sangre constituye el segundo más común.

Así lo revela la doctora Damila Trufelli, oncóloga encargada del área de hematología, específicamente de mieloma múltiple para América Latina de la firma Johnson & Johnson, una de las patrocinadoras de la 21ava. Conferencia Anual de la Sociedad Internacional de Mieloma, que reunió a médicos y periodistas de diferentes países en esta ciudad.

Su problema como enfermedad, explica la especialista al ser entrevistada por periodistas de Brasil, Argentina, Colombia y República Dominicana, participantes en el evento que por primera vez se celebra en un país latinoamericano, es que al inicio es silenciosa y cuando hay síntomas, estos suelen ser muy comunes, cómo fatiga o dolores en los huesos, lo cual es frecuente en los mayores de 60 años.

Explica que esto contribuye a que los pacientes tarden mucho en llegar al médico y que los facultativos no piensen en la enfermedad. “Por lo general van primero al médico general o a un ortopedista y no piensan en mieloma. Un síntoma puede ser fallo del riñón y el paciente va al nefrólogo, quien tampoco piensa en mieloma”, dice.

La especialista plantea que cuando el paciente llega al hematólogo ya ha tardado mucho tiempo y entonces la enfermedad está avanzada.

Examen de sangre

Explica que aunque el diagnóstico de mieloma múltiple requiere de pruebas específicas de conformación, las primeras señales se pueden obtener con un examen de sangre simple, como es el de electroforesis de proteínas, donde si se detecta un pico de proteína, puede ser una señal de alerta.

Cree importante que los médicos empiecen a incluir la prueba de sangre en chequeos preventivos.

Recordó que las causas del mieloma múltiple son desconocidas, porque no se ha establecido una correlación genética y tampoco se vincula a condiciones ambientales o de alimentación.

Dijo que no hay cura todavía para la enfermedad, pero sí avances importantes en los tratamientos. Señaló que la farmacéutica tiene productos dirigidos a la enfermedad, de los cuales dos de ellos están aprobados en República Dominicana.

El último avance en el tratamiento, explicó, es una terapia nueva en la que se utilizan las propias células del paciente, se hace una modificación genética de las mismas, y después se introduce de nuevo al paciente y ahí esas células ellas mismas combaten el cáncer.

Es un tratamiento personalizado y en América Latina esa terapia solo está aprobada en Brasil, porque es una tecnología que necesita de una certificación de los hospitales, que tienen que estar muy bien preparados.

Recordó que hace 20 años el único tratamiento que existía era trasplante de células madres, pero en los últimos 20 años hubo revolución en estudios de la enfermedad, lo que ha permitido evolucionar, alargando la sobrevida de los pacientes.

Lo ideal, agregó, es el diagnóstico precoz y que se inicie el tratamiento de última generación de manera más temprana, en las primeras líneas.

Incidencia anual

En un comunicado entregado a periodistas participantes en el evento que reunió a más de 2,200 médicos de 75 países, Johnson & Johnson explica que el mieloma múltiple es un cáncer de la sangre poco frecuente que afecta a la médula ósea, más concretamente a un glóbulo blanco llamado célula plasmática que produce anticuerpos.

Aún se desconoce la causa exacta de la enfermedad, pero se sabe que se produce una mutación en las células plasmáticas que hace que se multipliquen sin control, comprometiendo así otras células sanguíneas, los riñones y los huesos.

En América Latina, la incidencia anual varía de 1.5 a 3 casos por cada 100,000 habitantes, y es el segundo tipo más común de cáncer hematológico. Aunque se considera una enfermedad incurable, puede tratarse y fruto de los avances de la medicina, los tratamientos son cada vez más eficaces.

En América Latina, se estima que la mortalidad es entre un 30 y un 40% superior en comparación con las naciones desarrolladas, debido a diagnósticos tardíos y tratamientos inadecuados.

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