Trump repite la suerte del presidente Ronald Reagan 41 años después

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La tarde del sábado pasado el nombre Donald Trump, virtual candidato del Partido Republicano, pasó a formar parte de una lista no tan deseada de presidentes, expresidentes y candidatos presidenciales estadounidenses que han sido blanco de las balas, siendo uno de los privilegiados en salir con vida. 

El atentado perpetrado por un hombre de 20 años desde la azotea de un edificio a menos de 150 metros del escenario desde donde el republicano se dirigía a la audiencia de Pensilvania tuvo lugar 41 años después de que Ronald Reagan, también republicano, fuera impactado por dos balas.

En 1981 a casi tres meses de asumir la presidenciaReagan resultó gravemente herido después de que John Hinckley Jr. le disparara a la salida del Washington Hilton Hotel con una pistola calibre 22. 

Una de las balas rebotó en la cabeza del presidente y otra de las balas rebotó en la limusina que lo transportaba, alcanzándolo en la axila izquierda. 

Reagan, que al igual que Trump saltó a la política desde el mundo del espectáculo, tuvo que ser intervenido de urgencia y permaneció varios días en el hospital antes de regresar a la Casa Blanca, donde terminó sus cuatro años y se repostuló para un segundo mandato. 

El republicano se convirtió en el presidente número 40 de los Estados Unidos a la edad de 69 años, siendo la persona de mayor edad en asumir la presidencia estadounidense, distinción que mantuvo hasta el 2017 cuando Trump se invistió como el presidente número 45 a la edad de 70 años. Ambos fueron superados por Joe Biden que al momento de su investidura en 2021 contaba con 78 años. 

Reagan es el último presidente en ejercicio que recibió un disparo. Otros presidentes han sido tiroteados, pero por suerte no han resultado heridos.

Otros presidentes atacados 

En 1933, el auto del entonces presidente electo Franklin D. Roosevelt recibió cinco impactos de bala. Roosevelt no fue alcanzado, pero el alcalde de Chicago, Anton Cermak, que hablaba con Roosevelt, resultó herido y murió semanas después.

El presidente Gerald Ford sobrevivió en 1975 a dos intentos de asesinato, ambos perpetrados por mujeres, una vinculada a la secta de Charles Manson y otra vinculada a grupos radicales de izquierda. 

Los candidatos no se salvan 

En un país donde la cantidad de armas supera a las personas y los tiroteos son, lastimosamente, comunes, los candidatos presidenciales no han estado exentos de intentos de asesinato, entre los que destacan el senador Robert F. Kennedy, asesinado en 1968, y el de George Wallace, al que dispararon y dejaron paralítico en 1972.

En 1912, el expresidente Theodore Roosevelt fue alcanzado en el pecho por una bala mientras hacía campaña para recuperar la Casa Blanca, pero la mayor parte del impacto de la bala fue absorbido por los objetos que llevaba en el bolsillo de pecho de la chaqueta.

A pesar de haber recibido un disparo, Roosevelt pronunció un discurso de campaña con la bala aún en el pecho.

De las 45 personas que han ocupado la presidencia, cuatro han sido asesinadas mientras ocupaban el cargo: Abraham Lincoln (1865), John F. Kennedy (1963), James Garfield (1881) y William McKinley (1901), estos últimos son menos recordados, pero sus muertes conmovieron a la nación en su momento.

La muerte de McKinley sirvió para que la protección a tiempo completo de los presidentes se encomendara al Servicio Secreto de Estados Unidos

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