Joan Pujol, alias «Garbo», era un barcelonés que se coló como agente doble en el entramado de inteligencia de la Segunda Guerra Mundial y que dio su gran golpe al convencer a los nazis de que el gran desembarco aliado de Normandía iba a ser en otro lugar.
Pujol fue uno de los agentes más importantes del MI5, los servicios de inteligencia británicos, engañando a Berlín con el establecimiento de una red de espías por todo el Reino Unido que sólo existía en su imaginación.
El régimen de Hitler nunca descubrió el engaño y llegó a recompensar a este barcelonés con la Cruz de Hierro, casi al mismo tiempo que lo condecoraban los británicos.
Los documentos desclasificados en 2016 por el gobierno británico destacaron la importancia de Pujol.
«Garbo» convenció a los alemanes de que el desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944, era una maniobra de distracción y que el grueso de las tropas aliadas iban a entrar en Europa por Pas de Calais, mucho más al noroeste de Francia.
Pujol dijo a Berlín que «el presente ataque era una operación de distracción a gran escala con el propósito de establecer una sólida cabeza de puente para atraer al máximo número de reservas alemanas y retenerlas ahí de cara a dar un segundo golpe con éxito asegurado», narró Tomas Harris, el agente a cargo de asesorar a Garbo, en un informe oficial del 13 de junio de 1944.
«Les dio motivos por los que el segundo asalto iba a ser en Pas de Calais», añadió.
La importancia de Pujol era conocida a través de testimonios de Harris y otros protagonistas del momento, pero los documentos oficiales desclasificados en 2016 la confirman y la agrandan.
Pujol –aparentemente motivado por su odio al fascismo y al comunismo adquirido en la Guerra Civil española– empezó su carrera transmitiendo a los alemanes información falsa sobre el Reino Unido que inventaba viviendo en Lisboa, aunque los alemanes se habían animado a contratarlo cuando les visitó en la embajada en Madrid porque les aseguró que iba a establecerse en Londres.
Esa información y su red de espías inventada la elaboraba con «una guía turística, un mapa de Inglaterra y unos horarios de trenes desfasados», según un informe del MI5 fechado el 12 de julio de 1943.
«Afortunadamente, tiene un estilo sencillo y sensacionalista, gran ingenuidad y un fervor apasionado y quijotesco por su trabajo», añadía el informe.
Pujol nació en Barcelona en 1912 en una familia de clase media. En la Guerra Civil española (1936-1939) vivió su primera experiencia de desdoblamiento. El conflicto le sorprendió en el lado republicano pero acabó desertando al franquista.
Engañó hasta a su mujer –
Pese a que rechazaron sus servicios inicialmente, los británicos vieron que podían sacar provecho a Pujol y le contrataron como agente doble y lo trasladaron a Londres en abril de 1942.
Pero su esposa Araceli González no se adaptaba a su nueva vida británica.
El 21 de junio de 1943, la mujer llamó a Harris amenazando con abandonar a Pujol e ir a la embajada española en Londres a revelar las actividades de su marido, a menos que la dejasen volver a España. Su enfado se debía a que su marido se negó a llevarla a una cena a la que iba a acudir personal diplomático.
Al día siguiente de la amenaza de Araceli, un agente del MI5 fue a la casa familiar donde se encontró a la mujer «sentada en la cocina con todos las llaves del gas abiertas».
Describiendo a la mujer como «altamente sensible y neurótica», Harris describió en un informe como Pujol armó un plan para convencerla de que había sido detenido por su conducta.
La idea era calmarla y evitar nuevos arrebatos.
Araceli fue llevada incluso a un centro de interrogación a visitar a su marido supuestamente preso, y dos días después se disculpó, prometiendo «no hacer nunca nada» que pudiera comprometer el trabajo del espía.
Tras la guerra, Pujol se mudó a Angola y ahí se falseó su muerte, un recurso tradicional de los servicios de inteligencia. Se mudó a Venezuela, donde empezó una nueva vida y murió en 1988, aunque antes regresó a España y dio a conocer su historia en diversas entrevistas.
El historiador británico Christopher Andrew, el biógrafo oficial del MI5, lo describió, con ocasión de la desclasificación de documentos, como «el agente doble más importante de la Segunda Guerra Mundial y posiblemente de todo el siglo XX».