El tema de la ropa interior es de lo más básico del mundo. Escoges un par que te quede, le inviertes un poco de dinero para tener algo de calidad y lo usas por los siguientes años. Pareciera lo más sencillo, pero en realidad tiene su ciencia.
- Los reusas antes de lavarlos: Verás, un par de chones sucios contiene entre una décima a un gramo de heces fecales. Aunque sea una vez cada semana, la recomendación más básica de mamá es: lava tus chones antes de usarlos. Así de fácil.
- Los secas mal: El calor de tu secadora podría estirar el elástico, dejándolo más holgado de lo que debería. Es súper importante que, al menos en el caso de tu ropa interior, lo laves con un ciclo delicado y con agua fresca, en lugar de cálida para proteger la tela.
- Eliges el color incorrecto: Cualquier prenda de color blanco se manchará fácilmente, incluyendo la ropa interior. Mejor opta por elegir colores más oscuros, como negro, azul marino o morado para que dure mucho más tiempo en tus cajones.
- Los compras MUY apretados: Lo más seguro es que sean viejos y subiste o bajaste de peso. Sé que no quieres estar comprando chones cada año (aunque no sería mala idea), pero no puedes usar algo que te quede MUY apretado. Por eso te recomiendo comprar algo de algodón con un elástico amigable, así no sólo te VERÁS bien, sino que tu cuerpo notará la diferencia.
- Compras la tela incorrecta: Antes de que vayas a comprarte un six-pack de boxers, checa la etiqueta. Sé que hay telas más favorables que otras, pero el algodón SIEMPRE debería ser tu mejor opción; además de ser muy delgado, deja respirar la zona más tapada de tu cuerpo. También es importante que te alejes del spandex, el cual atrapa la humedad y provoca muchas infecciones.
Foto: Archivo Eme de Mujer