El escándalo en el que actualmente está envuelta United Airlines ha reabierto el debate sobre qué pueden hacer, y qué no, las aerolíneas con sus pasajeros.
Después de sobrevender un vuelo de Chicago a Louisville, y no encontrar suficientes voluntarios para dejar en tierra, la aerolínea estadounidense trató de solucionar el problema sacando a la fuerza a uno de los pasajeros.
Y aunque su director ejecutivo pidió disculpas públicamente, en un correo interno defendió a sus empleados asegurando que estos «siguieron los procedimientos establecidos para lidiar con situaciones como esta».
Pero, ¿es así? A continuación te recordamos 10 cosas que pueden hacer las compañías aéreas y de las que probablemente no eras consciente:
1. Obligarte a bajar de un avión
Vender más billetes de los disponibles en un avión es una práctica legal. Y además, bastante común.
En caso de que esto ocurra, las aerolíneas acostumbran pedir voluntarios que se ofrezcan a ceder sus asientos y ser reubicados en otros vuelos posteriores.
Si esto no sucede, las aerolíneas pueden elegir pasajeros al azar y obligarlos a bajar del avión, como sucedió en el caso de United.
Aunque luego deben justificar la decisión por escrito y ofrecer compensaciones a cambio.
2. Arrestarte y multarte
Todo el mundo conoce el caso de alguna persona a la que han denegado entrar en un avión porque se niega a cumplir las órdenes de la tripulación, se muestra violento o trata de viajar en estado de embriaguez o bajo el influjo de algún tipo de droga.
Pero, ¿qué pasa cuando estos comportamientos potencialmente peligrosos se producen con la aeronave en el aire?
Para reducir los riesgos, los capitanes de los aviones tienen autoridad casi sin límites cuando se cierran las puertas de los aviones.
Y es que, gracias a acuerdos internacionales, los comandantes están autorizados a arrestar a personas, multar e incluso redactar el testamento de un pasajero agonizante o certificar su muerte.
3. No dejarte utilizar un billete que ya has pagado
En algunos países, las aerolíneas pueden anular el billete de vuelta de un pasajero si éste no utilizó el de ida o si se perdió alguno de los vuelos de un viaje con varias paradas.
Aunque, en el caso europeo, numerosas denuncias de pasajeros han provocado que esta práctica -conocida como cláusula No Show- esté a punto de declararse ilegal.
Varios tribunales europeos han fallado a favor de los pasajeros.
Y una propuesta de modificación del Reglamento (CE) nº 261/2004 -que establece las normas comunes sobre compensación y asistencia a los pasajeros aéreos en caso de denegación de embarque y de cancelación o gran retraso de los vuelos- ya aprobada por el Parlamento Europeo, establece que los usuarios tienen derecho a utilizar cualquiera de los trayectos sin que quede condicionado a la utilización de los anteriores.
La nueva norma, sin embargo, todavía no está vigente. Y además sólo aplica en vuelos vinculados a la Unión Europea.
Lo que significa que, en la práctica, las aerolíneas pueden obligarte a volar si no quieres perder el resto del billete.
4. No pagarte por retrasos o extravío de equipajes
En caso de retrasos, las aerolíneas pueden están obligadas a compensarte económicamentey a ofrecerte comida, bebida y llamadas telefónicas.
Pero eso depende de las razones del retraso, de la duración del mismo e incluso de la distancia del vuelo.
Según las normativas internacionales, las aerolíneas sólo están obligadas a pagar una compensación por retrasos producto de«circunstancias ordinarias« (falta de previsión por parte de las aerolíneas, problemas con la tripulación o de mantenimiento de las aeronaves, errores administrativos, etc.).
Pero si el retraso es producto de circunstancias que escapan a su control, como el clima, no están obligadas a compensarte.
Además, según el reglamento europeo, las aerolíneas sólo deben compensar a los viajeros de los vuelos que tengan una demora superior a las 3 horas.
Y el monto de las indemnizaciones varía en función de la distancia de los vuelos:
- 250 euros para vuelos de hasta 1500 kilómetros;
- 400 euros para todos los vuelos intracomunitarios de más de 1500 kilómetros y para todos los demás vuelos de entre 1500 y 3500 kilómetros;
- 600 euros para todos los vuelos no comprendidos en a) o b).
El retraso es además calculado tomando como base el último destino al que el pasajero llegará con retraso en relación con la hora prevista.
Y es por eso que, con el fin de evitar el pago de indemnizaciones, muchas compañías aéreas incrementan de 10 a 45 minutos su estimado de duración de los vuelos.
Muchas compañías aéreas, además, ofrecen vales a sus clientes que sólo pueden ser canjeados en establecimientos determinados.
Pero recuerda que, si lo prefieres, puedes exigir que te compensen económicamente. Aceptar vales no es obligatorio.
En lo que se refiere al equipaje, a pesar de que las aerolíneas deben compensarte por el tiempo que tardes en recuperarlo, la mayoría no lo hace y se limita a enviártelo al lugar que elijas.
De hecho, existen cláusulas por las que estas cantidades pueden aumentar si el usuario demuestra que el equipaje era indispensable para cumplir con el motivo de su viaje.
5. Obligarte a permanecer en el avión hasta 3 horas
Un avión cargado de pasajeros puede esperar autorización para despegar en un aeropuerto durante un máximo de 3 horas.
Sólo una vez se ha superado ese tiempo, los viajeros tienen derecho a bajar del aparato si lo desean.
6. Exigirte que levantes las persianas
Cuando la tripulación de un avión te pide que levantes la persiana de tu ventanilla no lo hace por molestarte.
El objetivo de apagar las luces de la cabina durante un despegue o aterrizaje nocturno, o de mantener abiertas las persianas cuando se vuela durante el día es permitir que, en caso de accidente, tus ojos se hayan adaptado a las condiciones de luz del exterior del avión.
Si hay que evacuar el avión podrás ver mejor y, además, permitirá que los equipos de rescate vean qué hay adentro del avión.
7. Abrir los cuartos de baño desde el exterior
A pesar de que muchos pasajeros piensan que los baños son los lugares con más intimidad de los aviones, esto no es cierto.
Por razones de seguridad, normalmente hay un mecanismo de cierre escondido detrás del cartel de «No Fumar» que permite abrir la puerta desde fuera.