Meryl Streep cumple mañana 70 años como uno de los rostros más populares del mundo, una leyenda viva convertida en la actriz más nominada a los Premios Óscar de la historia y que ha aceptado el reto de conquistar la televisión en plena época dorada de la ficción en pequeña pantalla.
Unas semanas antes de su cumpleaños, Streep estrenó su nuevo papel en la segunda temporada de la exitosa ficción de HBO «Big Little Lies».
La plataforma fichó a la codiciada actriz para continuar una serie que con su primera temporada abarcó toda la novela en la que se basaba y cuyos guionistas crearon desde cero a una nueva protagonista pensando exclusivamente en Streep para interpretarla.
Así, una de las mayores estrellas de Hollywood aceptó el papel sin ni siquiera leer el guion porque, como ella misma reconoció, quedó fascinada con la primera temporada.
La incombustible intérprete dio el salto desde lo más alto de la gran pantalla hasta la pequeña o, incluso, a la de los dispositivos móviles.
Hace varias décadas, en los inicios de Streep, dicho cambio hubiera parecido un paso atrás en su carrera profesional pero hoy en día ha significado lo contrario: Caminar hacia adelante al reconocer la revolución que internet y las plataformas de «streaming» han ofrecido al mundo de la ficción, con producciones que reciben el aclamo de la crítica y de los amantes del séptimo arte.
Con su paso firme para adentrarse en el universo de las series de televisión, Streep suma un nuevo capítulo a su leyenda, la de la actriz que no pasa de moda, para la que no hay fecha de caducidad y que no queda perjudicada por el paso de los años ni por esa obsesión por la juventud que domina a la industria de la imagen.
«Ninguna otra actriz nacida antes de 1960 puede conseguir un papel a menos que Meryl lo haya rechazado antes», reconoció Michael Schulman, su biógrafo, al hablar de la evolución de esta mujer de hierro en un negocio fugaz y caprichoso.
Y es que Streep no duda en dar pasos adelante, incluso fuera del mundo del espectáculo, como cuando se pronunció políticamente en contra del presidente estadounidense, Donald Trump, durante la entrega de un premio honorífico a toda su carrera en la gala de los Globos de Oro de 2017.
En su intervención la actriz se refirió a un acto de campaña de Trump de 2015 en el que el entonces candidato pareció burlarse de un reportero discapacitado del diario The New York Times.
«Me rompió el corazón cuando lo vi y todavía no puedo sacármelo de la cabeza, porque no era una película. Era la vida real», remarcó Streep al respecto.
El discurso completo causó furor por su defensa de los inmigrantes, su rechazo a la violencia y apoyo a la prensa independiente.
«El único trabajo de un actor es sacar a la luz la vida de personas diferentes (…) Si expulsan a los extranjeros solo veremos fútbol y artes marciales», aseguró la intérprete, quien añadió que las muestras en público de falta de respeto «provocan más falta de respeto y la violencia incita a la violencia».
Los mensajes de apoyo del gremio de actores se sucedieron inmediatamente, desde Ellen DeGeneres hasta Sharon Stone, quienes calificaron a Streep de «inspiración», «mujer con poder para cambiar al mundo» y aplaudieron a su vez que haya sido una voz destacada en la denuncia de los abusos sexuales que hasta ahora quedaban fuera de los focos de Hollywood.
Además de la aclamación de sus compañeros de profesión, la actriz cuenta con un palmarés soñado por muchos intérpretes: 3 Premios Óscar de 21 nominaciones y 8 Globos de Oro de 31 nominaciones. Junto a esas codiciadas estatuillas reposan también un Premio Tony (teatro) y otro Emmy (televisión).
Fuera de Hollywood, los reconocimientos a la figura de Meryl Streep se han traducido en la Medalla de las Artes y la Medalla de la Libertad, entregadas por el expresidente de EE.UU. Barack Obama (2009-2017) y la Medalla de la Orden de las Artes y las Letras de Francia.
Aún queda por ver cómo continuará la premiada carrera de una leyenda viva que promete seguir en la primera línea durante años y que probablemente en 1975, cuando se mudó a Nueva York y comenzó en el teatro con pocas esperanzas, jamás imaginó que el público global se rendiría ante sus pies y ante cada uno de los pasos que ha dado.