El semen congelado es viable para reproducir humanos fuera de la Tierra

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Investigadores de Dexeus Mujer y de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) han demostrado que el semen congelado mantiene su viabilidad en condiciones de ingravidez en el espacio, por lo que podría servir para hacer reproducciones de la especie humana fuera de la Tierra.

La investigación, presentada este martes en el 35º Congreso de la European Society of Human Rreproduction and Embriology (ESHRE) en Viena (Austria), es un primer paso de un proyecto más amplio para ver la viabilidad de crear bancos de gametos en el espacio y reproducir la especie humana fuera del planeta», ha reconocido la doctora que ha liderado el trabajo, Montserrat Boada.

Varios estudios han descrito cómo afecta la ingravidez a estructuras celulares y moleculares, al sistema cardiovascular, músculo-esquelético, nervioso y endocrino, «pero su impacto sobre las células germinales, como los espermatozoides o los óvulos, y sobre la reproducción humana no se conoce con detalle», según Boada. Por este motivo, investigadores de Dexeus Mujer de Barcelona e ingenieros de la UPC han analizado si la exposición a condiciones de microgravedad similares a las que se dan en el espacio exterior afectan a diversas muestras de esperma congelado.

El trabajo ha demostrado que la microgravedad no afecta a la viabilidad del esperma humano congelado, ya que «la concentración, movilidad, vitalidad y fragmentación del ADN espermático no sale alterado en ninguno de estos tests, comparados con las propiedades en condiciones de gravedad de la Tierra», ha explicado a Efe Boada. «El año pasado, la NASA anunció un estudio en esta misma línea denominado Micro-11 que investiga los efectos de la microgravedad en la Estación Espacial Internacional, pero todavía no ha publicado nada de los resultados obtenidos», ha puntualizado Boada, que ha asegurado que «este es el primer estudio sobre los efectos de la microgravedad en muestras de esperma humano congelado». «Si en un futuro tenemos que reproducirnos fuera de la Tierra, ¿cómo debería ser? Tal vez la reproducción asistida sería la técnica más comúnmente utilizada», ha sugerido Boada.

Así se realizó el estudio El estudio se ha hecho con diez muestras de semen de diez voluntarios sanos y cada una de ellas se dividió en dos fracciones: una para el estudio en condiciones de microgravedad y otra de control. Todas se congelaron en nitrógeno líquido a -196ºC y las fracciones para el experimento se introdujeron en un tanque específico para transporte aéreo colocado en una avioneta del Aeroclub Barcelona-Sabadell especializada en vuelos acrobáticos para estudios científicos. La avioneta hizo 20 parábolas para someter las muestras a condiciones de microgravedad durante 8 segundos en cada parábola utilizando la técnica de la caída libre «que produce unas condiciones de ingravidez totalmente equiparables a las que se dan en vuelos espaciales y que experimenta un astronauta en órbita», ha explicado el profesor de la UPC Antoni Pérez-Poch. Tras estas maniobras, el esperma fue descongelado y analizado y se compararon con las fracciones de control de cada donante, que fueron descongeladas y analizadas en paralelo para ver si había variado su capacidad fértil, su concentración, movilidad, vitalidad, morfología, apoptosis y fragmentación del ADN espermático. Los resultados revelaron que no había diferencias significativas en ninguno de estos parámetros entre las fracciones sometidas a la microgravedad y las que se mantuvieron en condiciones de gravedad terrestre.

«La concordancia en la vitalidad y la fragmentación del ADN fue del 100%, de un 90% en movilidad y concentración y de un 80% en la morfología», según Boada. «Las pequeñas diferencias -ha precisado- están probablemente más relacionadas con la heterogeneidad de las muestras de esperma que con la exposición a las condiciones de microgravedad». Según Boada, ahora quieren hacer nuevos experimentos con más cantidad de muestras y una exposición más larga a la microgravedad.

«Hemos empezado con esperma porque su disponibilidad para el estudio no está sujeta a restricciones legales pero nuestro proyecto también quiere analizar los efectos de la microgravedad en ovocitos y embriones, aunque para ello tendremos que contar con el permiso de la Comisión Nacional de Reproducción Humana», ha reconocido. «El estudio quería demostrar si se puede desplazar esperma congelado de la Tierra al espacio. Luego veremos si se fecundaría correctamente, si se podría implantar y si darían lugar a un embarazo. Este el primer paso de un proyecto más grande que es saber qué capacidades de reproducción tendríamos fuera de la Tierra», ha concluido Boada.

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