Ya terminaron las vacaciones escolares de nuestros hijos, pero esto no debe ser una excusa para dejar que su cotidianidad solo se concentre en los estudios. Siempre hay que sacar tiempo para conversar con ellos, escucharlos, hacer planes juntos, divertirnos juntos y, en fin, hacerles entender que no importa cuán ocupados estén o estemos, hay que buscar un espacio para departir.
Si es vacaciones y lo tenemos en casa todo el día, hay un montón de actividades que podemos realizar. Sin embargo, aunque en estos momentos ya están de vuelta a la escuela, no podemos bajo ningún concepto dejar de apoyarles en sus quehaceres escolares y al mismo tiempo ayudarlos a despejar la mente con una que otra cosa divertida que puedan hacer para distraerse. Si están de vacaciones o durante el año escolar si hay algunos días libres, vamos a aprovechar cada momento para poder compartir lo que, por sus responsabilidades y las nuestras en el mundo laboral no podemos realizar.
No importa de qué se trate lo que hagamos junto a ellos, con esto vamos creando buenos recuerdos para que se les quede para su futuro. En esos pasatiempos juntos, además de divertirnos aprovechemos para irles inculcando ideas sobre las normas y los conceptos que debemos tener como buenos seres humanos y ciudadanos de bien. De esta manera no les estaremos dando la “tanda”, pero estaremos sembrando.
Vamos a hablarles sobre las actitudes hacia los demás, el consumo del alcohol, drogas, sexualidad, aprovechar para establecer normas claras, razonables y en la medida de lo posible, aprender a negociar con ellos, en un ambiente de amor y entendimiento.
Reglas y disciplina
Los niños necesitan límites, disciplina y orientación para la vida, para su seguridad y el desarrollo de los valores para la convivencia y las buenas costumbres, pero también necesitan que se les escuche y se les valore como personas, educándoles de una manera positiva que les aumente su autoestima, que les proporcione una crianza inspirada en el amor, la tolerancia y el respeto como seres humanos valiosos.
Aprenda a escucharlos con calma y cariño. Sin prisa, ellos se sentirán importantes y amados. Considere el tiempo libre como un espacio importante, recreativo y educativo, no solamente como “hacer algo con los muchachos”.
Nunca les hable de forma negativa: “Ya están los muchachos aquí molestando en la casa”. Ellos entienden aunque sean muy pequeños. Deles amor, ternura, recuerdos para el futuro, siembre en ellos. Más tarde se recogerán los frutos de todo esto.
No es necesario llevarlos a campamento, planifique su tiempo libre y aproveche el tiempo positivamente.
Escucharlos
Además de que se les permita hablar y expresar sus inquietudes, los niños quieren que se les escuche y valore como personas.
Crianza positiva
Esta debe estar inspirada en el amor, la tolerancia y el respeto como seres humanos valiosos. A partir de ahí se logrará que de adulto, el niño sea mejor persona.
La autora
Ana Herrero es terapeuta familiar del Grupo Profesional Psicológicamente.