La ONU cierra su misión de paz en Haití preocupada por la crisis en el país

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Las Naciones Unidas cerró este martes oficialmente su misión de paz en Haití y lo hizo preocupada por la grave crisis que atraviesa el país, con protestas violentas para exigir la salida del presidente, Jovenel Moise.

‘El contexto actual no es ideal para el fin de quince años de (operaciones de) mantenimiento de la paz en el país’, admitió el jefe de los ‘cascos azules’ de la ONU, el francés Jean-Pierre Lacroix, ante el Consejo de Seguridad.

El máximo órgano de decisión de Naciones Unidas acordó el pasado mes de abril una última prórroga de seis meses -hasta este 15 de octubre- al mandato de la misión, conocida por las siglas Minujusth y que en 2017 se creó en sustitución de la Minustah, una operación mucho más grande que estuvo más de una década en Haití.

Ahora, la Minujusth -que se ha centrado sobre todo en apoyar mejoras en la Policía Nacional- será reemplazada por una misión de carácter político, ya fuera de la rama de mantenimiento de la paz de la ONU.

La salida de la operación se produce en plena crisis en Haití, con repetidas manifestaciones multitudinarias contra Moise, que han desembocado en ocasiones en saqueos, violencia y muertes.

Haití no tiene un Gobierno efectivo desde el pasado marzo ante el bloqueo del Parlamento por parte de la oposición, pero la situación en las calles se complicó desde agosto en respuesta a problemas de desabastecimiento de combustibles.

La corrupción, la escasez de combustible, el hambre y la inseguridad han exacerbado la crisis, que está paralizando todas las actividades en la región de Puerto Príncipe y en otras ciudades del país desde hace casi cuatro semanas.

Lacroix, en su discurso de este martes ante el Consejo de Seguridad, avisó que la crisis amenaza con llevarse por delante los progresos logrados en los últimos años y subrayó que la responsabilidad de ponerle fin es de los haitianos.

El responsable de Naciones Unidas consideró que la formación de un Gobierno de unidad nacional planteada por Moise puede ser una solución, pero advirtió de que la exigencia de la oposición de que el presidente tiene que salir deja poco margen a la negociación.

Lacroix avisó además del impacto en la situación de seguridad que está teniendo la crisis, con una estimación inicial de 30 muertos en las protestas entre el 15 de septiembre y el 9 de octubre, la mitad de ellos agentes de Policía.

‘En este contexto difícil, el cierre de la Minujusth no supone una salida de Naciones Unidas de Haití. Al contrario, llevará a continuar el apoyo de la ONU a Haití, de otra forma’, recalcó.

Lacroix defendió los avances logrados en los quince años en los que los ‘cascos azules’ han estado presentes en el país caribeño, pero reconoció que todavía son ‘frágiles’.

La embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft, subrayó que, dada la actual coyuntura, es fundamental que haya una transición adecuada de la Minujusth a la misión política que se pone en marcha y pidió más apoyo económico de la comunidad internacional para el país.

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