Un bebé chino volvió a la vida milagrosamente cuando iba a ser incinerado tras haber sido declarado muerto y pasado una noche en la cámara frigorífica de una morgue, informó una televisión local de China.
A pesar del milagro, los médicos son pesimistas sobre las posibilidades de supervivencia del bebé.
Los empleados de una pompa fúnebre del distrito de Pan’an, en la provincia de Zhejiang (este), “preparaban el viernes pasado la cremación de un bebé, cuando de golpe éste comenzó a gemir”, informó la televisión provincial en su blog oficial.
El bebé había sido declarado muerto la víspera y habían pasado unas quince horas en la cámara frigorífica de la morgue, a una temperatura de -12 grados, indicó la televisión. Asombrados, los empleados avisaron de inmediato al padre y a los servicios de socorro, que hospitalizaron al bebé en una sala de cuidados intensivos.
El relato, acompañado con fotos del bebé y de su acta de fallecimiento, se apoderó de todos los medios y de las redes sociales durante el fin de semana de las fiestas del Año Nuevo lunar chino. “Es la primera vez que veo un caso así, es un verdadero milagro”, declaró el doctor Chen, médico del hospital de Pan’an, donde el bebé había nacido prematuramente.
Tras su nacimiento, a comienzos de enero, el bebé había pasado 23 días en una incubadora, pero su padre lo retiró para que pasara en familia las fiestas del Año del Mono, el nuevo año lunar chino. Pero, dos días después, el padre llevó al bebé al hospital en grave estado de salud, con todo el cuerpo morado, donde falleció el 4 de febrero.
Un médico del servicio de urgencias había certificado que su corazón había dejado de latir. Antes de colocarlo en la cámara frigorífica de la morgue, el padre había envuelto al bebé con dos vestimentas de lana y un espeso saquito de dormir, que fue, quizás, lo que le salvó la vida.