El Congreso de Estados Unidos subió de 18 a 21 años la edad mínima para comprar tabaco y cigarrillos electrónicos en el país, tras registrarse un fuerte aumento del vapeo entre los jóvenes. La decisión fue adoptada por el Senado como una enmienda a una ley presupuestaria.
Las leyes nuevas no suelen entrar en vigor de inmediato. La medida simplemente aumentó el límite de edad en la ley existente, por lo que fue posible implementarla de inmediato, indicó el viernes un vocero de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).
Su aplicación asimila el tabaco y los cigarrillos electrónicos al alcohol, una sustancia cuya compra está vetada a los menores de 21 años.
Diecinueve de los 50 estados del país ya habían impuesto esa misma edad mínima para comprar tabaco y cigarrillos electrónicos. La nueva ley federal extiende esa medida a todo el país.
Esta decisión se adoptó para luchar contra la gran popularidad de los cigarrillos electrónicos entre los alumnos de secundaria, en un momento en que cada vez menos jóvenes consumen alcohol y cigarrillos tradicionales.
Según la encuesta anual realizada por el gobierno en 2019, 27,5% de los alumnos del último curso de secundaria dicen haber vapeado en el último mes, frente a 11,3% que afirmaba haberlo hecho en el sondeo de 2016.
Pero, respecto al cigarrillo tradicional, la proporción de esos alumnos que fumaron en el último mes cayó hasta el 5,7%, casi la mitad que en 2016.
Otra encuesta de referencia publicada el miércoles, Monitoring the Future, muestra que 52% de los alumnos de ese mismo curso declaraban haber tomado alcohol en el último año, frente a 73% del año 2000.
Un paso atrás
La medida, aprobada el 19 de diciembre por el Congreso y firmada por el presidente el 20 de diciembre, queda lejos de lo que barajaba la administración estadounidense en septiembre: una prohibición total de los cigarrillos electrónicos aromatizados, muy apreciados por los jóvenes.
Esa propuesta llegó después de que el consumo de cigarrillos electrónicos provocara una crisis sanitaria en el pasado verano boreal, cuando jóvenes consumidores, a menudo veinteañeros, empezaron a tener complicaciones pulmonares.
Una amplia investigación reveló que la causa era un ingrediente que se añade a menudo a las recargas de marihuana vendidas en el mercado negro: el acetato de vitamina E.
Hasta el momento enfermaron 2.409 personas, de las cuales murieron 52.
El presidente Donald Trump, que se había mostrado a favor de prohibir los cigarrillos electrónicos aromatizados, dio marcha atrás después de que, al parecer, sus asesores lo convencieron de que esa medida le iba a quitar votos en las elecciones de noviembre de 2020.
Entre tanto, el líder de los cigarrillos electrónicos, el estadounidense Juul, asociado al gigante del tabaco Altria, dejó de vender en Estados Unidos sus productos con sabor a fruta y conservó solo los que saben a tabaco y los mentolados.
Trump y las compañías del sector aceptaron finalmente la subida de la edad mínima a 21 años.
La medida suscitó, sin embargo, indignación entre los militantes antitabaco y antivapeo.
“Juul y Altria abrazaron la cuestión de los 21 años por sus propios motivos infames, para disimular su batalla contra la prohibición de los cigarrillos electrónicos aromatizados”, declaró Matthew Myers, presidente de la organización Campaign for Tobacco-Free Kids, opuesta a las tabacaleras.
La imposición de una edad mínima legal no ha impedido que generaciones de adolescentes adquirieran alcohol o cigarrillos, recuerda Rob Crane, presidente de la Preventing Tobacco Addiction Foundation, porque, según él, los controles y las sanciones contra los comercios siempre fueron insuficientes.
“Preocupación” en Canadá
En Canadá, mientras tanto, el gobierno anunció el jueves medidas para prohibir la publicidad sobre los productos de vapeo «en todos los lugares en que pueda ser vista o escuchada por jóvenes».
«La progresión rápida del vapeo entre los jóvenes es preocupante», explicó el Ministerio de Salud en un comunicado.
Las normas propuestas tienden a prohibir la publicidad de productos de vapeo fundamentalmente en lugares públicos o en línea.
La promoción de esos artículos solo sería «permitida en los comercios especializados, las empresas y los sitios web a los que únicamente los adultos tienen acceso».
Patty Hajdu, ministra de Salud canadiense, anunció también «la impresión obligatoria de advertencias en los envoltorios de los productos de vapeo».
Al igual que en Estados Unidos, en Canadá los productos de vapeo están en venta desde 2006.