El SARS-CoV-2 se considera un agente patógeno zoonótico que básicamente se transmite entre humanos. No obstante, hay distintas descripciones que indican que las mascotas pueden ser expuestas al virus. Es más, infecciones experimentales realizadas con gatos, hámsteres y hurones han demostrado que además el virus se puede transmitir entre animales.
En todos los casos, la frecuencia de infección de mascotas por SARS-CoV-2 es virtualmente desconocida y los datos existentes se basan en unas pocas descripciones a nivel mundial. Por ello es importante establecer si el SARS-CoV-2 puede establecerse en especies domésticas y ver si suponen un riesgo potencial que pueda llegar a originar brotes en las personas.
Modelos de ratón transgénico
Se han generado los primeros modelos de ratón transgénico que reproduzcan la infección humana y modelos de posibles especies transmisoras del SARS-Cov-2, como animales de compañía (gatos y perros) y de producción (caballos, cerdos y vacas), todos ellos seleccionados por tener una proteína ACE-2, que actúa como puerta de entrada del virus, muy similar a la humana.
Los ratones tienen una versión de la proteína ACE-2 que tiene diferencias con la humana por lo que el virus no puede entrar en el ratón y, por tanto, no puede ser infectado por SARS-Cov-2. Por ello, para modelar y estudiar la Covid-19 en ratones, es necesario que expresen el receptor ACE-2 humano, o de las especies que se quieran estudiar. Estos ratones transgénicos servirán para analizar la infectividad, las especies susceptibles, y las especies trasmisoras del SARS-Cov-2 y/o los nuevos coronavirus que pudieran producir futuras pandemias.
En sentido general no es recomendable el sacrificio de mascotas, animales errantes u otros que sobreviven en el agua o en manadas salvajes, pues todavía son inciertos los indicios de que puedan trasmitir el contagio.
¿Pueden las mascotas contraer el coronavirus?
Si los animales pueden contraer el virus, ¿pueden devolverlo a las personas? ¿Debo evitar el contacto con mascotas u otros animales si estoy enfermo de COVID-19?
La respuesta más sencilla es que su mascota no le transmitirá el coronavirus. Estos aparecen en prácticamente todas las especies animales, incluidos los humanos, y se asocian comúnmente con infecciones intestinales y respiratorias poco aparentes o transitorias. Tienden a ser muy específicos de cada especie y la transmisión entre especies no es común.
La respuesta más compleja es la siguiente: los coronavirus se han adaptado por mutación durante miles de años a prácticamente todas las especies de animales, incluidos los humanos. Solo causan enfermedades en las nuevas especies a las que infectan y tienden a permanecer en esa especie manteniendo la conformación genética que permita su adaptación a los nuevos huéspedes.
Aunque los coronavirus pueden pasar de un huésped a otro, es un proceso lento y requiere un cambio genético muy significativo. No hay evidencia de que los coronavirus de nuestras mascotas más comunes hayan infectado a los humanos en el pasado reciente o viceversa.
Lo que dicen los datos
Según algunas estimaciones, las mascotas más abundantes en el mundo en 2018 eran los perros (unos 470 millones) y los gatos (370 millones). De momento se han registrado cinco casos de infección con el coronavirus (SARS-CoV-2) causante de la actual pandemia (COVID-19) en mascotas y ninguno de los animales presentaba síntomas de la enfermedad.
El 3 de marzo, los servicios sanitarios de Hong Kong realizaron pruebas a 27 perros y 15 gatos que guardaban cuarentena por haber convivido con humanos contagiados. Solamente dos perros y un gato dieron positivo a las pruebas del coronavirus. El 27 de marzo, la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Lieja informó que las muestras de vómito y heces de un gato habían dado positivo por SARS-CoV-2. El gato vivía con una mujer que había sido diagnosticada con COVID-19 después de regresar de Italia.
Ya sé que un tigre no es una mascota doméstica, pero el anuncio de un tigre malayo infectado en el zoo del Bronx de Nueva York, que apareció en la primera plana de muchos periódicos el pasado 5 de abril, desató todo tipo de especulaciones acerca de si lo que ha ocurrido con un tigre pudiera aplicarse a otros felinos como los gatos.
Empecemos por relativizar las cosas. Esta es la primera vez que un tigre se infecta con COVID-19. En Estados Unidos hay al menos 10 000 tigres en cautividad, aunque algunas estimacioneselevan la cifra a 25 000. La tasa de contagios es, pues, despreciable y los síntomas mínimos.
El informe de los técnicos del Laboratorio Nacional Veterinario del Departamento de Agricultura estadounidense (USDA) que analizaron frotis de las mucosas del animal, concluye que este tigre y otros cuatro grandes felinos del zoo enfermaron después de exponerse a un trabajador contagiado pero asintomático encargado de atenderlos. No hay evidencia de que otros animales del zoológico muestren síntomas.
Los animales de
compañía son inocentes
En Estados Unidos, el servicio de análisis clínicos de los laboratorios IDEXX ha evaluado más de cuatro mil muestras de gatos y perros con su nuevo sistema de ensayos para el virus COVID-19 y no ha obtenido resultados positivos en ninguna de ellas. Son buenas noticias, pero con la reserva de que las pruebas se han realizado con muestras recibidas para otros análisis y, por tanto, sin saber si los animales habían tenido o no contacto con humanos contagiados.
Ese análisis masivo y los casos conocidos han llevado a la Organización Mundial para la Salud Animal (OIE) a concluir que hasta la fecha no hay indicio alguno de que ningún animal, incluidas las mascotas, el ganado doméstico o los animales salvajes, puedan ser una fuente de infección directa por COVID-19. Tampoco se espera que tal cosa ocurra. La propagación actual de la pandemia es el resultado de la transmisión de humano a humano. Por lo tanto, no hay justificación para tomar medidas contra los animales de compañía que puedan comprometer su bienestar.
Unas cuantas recomendaciones
Como no hay evidencia de que las mascotas puedan transmitir COVID-19 a las personas sino más bien lo contrario, la OIE ha recomendado algunas precauciones elementales destinadas a evitar el contagio, que son las mismas recomendadas para la higiene personal: lavarse las manos con agua tibia y jabón antes y después de interactuar con la mascota, limpiar con lejía diluida cualquier objeto o recipiente que use el animal; en el caso de los perros, sacarlos al exterior lo menos posible y, cuando se haga, evitar los contactos físicos con personas y con otros animales, además de lavarles con agua y jabón patas y hocico para evitar el riesgo de infección por contagio físico.
Contra futuras pandemias
La destrucción de hábitats naturales hace prever la aparición en el futuro de más brotes epidémicos causados por otros coronavirus emergentes. Por ello es necesario desarrollar y validar a nivel preclínico una estrategia de inmunología sintética para generar inmunidad ‘pan-coronavirus’, es decir, no solo contra el SARS-CoV-2, sino en general contra especies de coronavirus que utilizan la proteína ACE2 como puerta de entrada a la célula humana.