Las dietas milagrosas y de artistas como Adele, Rebel Wilson, Renée Zellweger y Demi Moore

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Adele es una cantante brillante, quizás la aparición más notable de estos últimos años. Y sin embargo, la atención sobre la londinense parece estar puesta en su figura antes que en su voz prodigiosa.

El 5 de mayo, al cumplir 32 años, una foto suya posteada en Instagram se viralizó: evidenciaba un notable descenso de peso, todavía más importante al que había mostrado un tiempo atrás, a partir de su divorcio.

Por entoncesla entrenadora Camila Goodis precisó que Adele había perdido 40 kilos en estos meses siguiendo dos fórmulas: una rutina de actividad física cumplida con rigor, y un régimen del que pronto todos quisieron saber más.

Se trata de la dieta Sirtfood, que promete eliminar tres kilos por semana. Indica consumir en los primeros días apenas 1000 calorías por jornada, a través de alimentos de poco valor energético, como batidos de jugos verdes. Luego continúan dos semanas de mantenimiento, permitiendo aumentar las calorías, aunque a no más de 1500.

No obstante, muchos especialistas aportan sus reparos sobre este plan milagroso de tres semanas creado por Aidan Goggins y Glen Matten, y que tiene a Madonna como una fiel adepta.

“Con una restricción calórica se van a mejorar las sirtuinas -que estimulan la longevidad y son la base del concepto Sirtfood-, o mejorar la expresión, pero todos los tratamientos deben ser personalizados y, ya sea para mejorar la calidad de vida o para bajar de peso, hay que mirar todo el contexto”, advierte la licenciada en Nutrición María Cecilia Ponce (M.N: 3362).

Y es que la consulta con un profesional resulta imprescindible, sin excepción alguna, cualquier fuera la dieta que pretenda abordarse.

La actriz Rebel Wilson declaró en 2016 que la obesidad fue su aliada: considera que su carrera -que la llevó a brillar en comedias como Notas perfectas Bridesmaids, entre otras- logró un despegue definitivo cuando decidió sumar kilos a su figura, con creencia de que así le agradaría al público.

“No sé si con plena conciencia, me pregunté: ‘¿Cómo puedo ser más divertida? Tal vez si fuese un poco más gorda’. Y de repente engordé, y estoy haciendo comedia”, manifestó la australiana. “Mi talla es una ventaja, mientras que tantas mujeres lo ven como una desventaja».

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