La Feria del Libro, luego de dos años en pausa por la pandemia y uno de estadía pasajera en la Ciudad Colonial, ha vuelto a la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte con resonantes aplausos que comenzaron con la decisión de retornarla a su espacio original, que ha recibido elogios por su excelente habilitación.
Las novedades editoriales relucen con una gran cantidad de títulos, lo que reactualiza el debate de los últimos tiempos sobre su pronosticada desaparición, junto a las librerías, que tomó más vuelo por el auge durante la pandemia del Covid de tecnologías como los audiolibros, los lectores digitales, tabletas y computadoras. Pese a esa irrupción, las letras impresas se niegan a morir.
La XXV Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2023 con el lema “Para todo hay un libro” estará abierta hasta el 3 de septiembre, dedicada a la escritora dominicana Jeannette Miller y con Israel como país invitado.
Su programa incluye más de 350 actividades, entre conferencias, coloquios, charlas, puestas en circulación, talleres, exposiciones, muestras de cine y actividades infantiles.
Quizá lo más rescatable de este evento sea que por unos días los libros son protagonistas centrales de un acontecimiento que reúne a una multitud que, aunque no haga compras masivas, por lo menos los hojea, los lee, aunque más no sea por arriba y, con suerte, se los lleva para sumar conocimiento a su bagaje cultural.
El poeta nicaragüense Rubén Darío escribió alguna vez que el libro “es fuerza, es valor, es alimento; antorcha y manantial del amor”; podríamos agregar que, en estos tiempos globalizados, es germen de un intercambio de culturas que se acercan de manera vertiginosa, por encima de las distancias y de los tiempos.
Los libros son también puertas abiertas a la más absoluta de las libertades, sirven para limpiar la mente de prejuicios, para sumar sabiduría, para enriquecer las ideas y el vocabulario y acaso para desprenderse por un momento de las situaciones acuciantes que nos apremian y ejercer con absoluta libertad el más especial de todos los derechos; el derecho a soñar.
Fuente-elCaribe.
