Muere el laureado brasileño Sergio Mendes, genuino representante de la bossa nova

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El músico brasileño Sergio Mendes, uno de los principales representantes de la bossa nova, murió este viernes a los 83 años en Estados Unidos, confirmaron familiares del fallecido al diario ‘O Globo’.

Mendes falleció en la ciudad de Los Ángeles por causas que todavía se desconocen, aunque el músico enfrentaba desde hace meses problemas respiratorios, según informó el diario.

El pianista, conocido mundialmente por una versión de la canción «Mas que nada» de Jorge Ben Jor y que mezclaba en sus composiciones el samba y el jazz, era un importante embajador de la música brasileña en EE.UU., allí se mudó en 1964 tras el golpe militar.

A lo largo de su carrera, con más de 35 álbumes publicados, ganó tres Grammy y fue nominado a otros seis, además de estar incluido en el Salón de la Fama de los Compositores Latinos.

Mendes nació en 1941 en Niterói, una ciudad vecina de Río de Janeiro donde empezó de joven a estudiar piano en el conservatorio.

Mientras se formaba, entró en contacto con la bossa nova de Tom Jobim y João Gilberto, quienes dejarían una huella permanente en su música.

Estaba casado con la cantante brasileña Gracinha Leporace, con quien también lanzó colaboraciones musicales.

SU ESTILO

Ecléctico, conocido por fusionar la bossa nova y el jazz, con más de 30 álbumes publicados, ganó en total tres Grammys y fue nominado a otros seis.

En 2012, fue incluido en el Salón de la Fama de los Compositores Latinos en reconocimiento a su impacto duradero en la música latina y su influencia en la cultura mundial.

Su fama fue tal que llegó a ser invitado a tocar para dos presidentes de EE.UU. en la Casa Blanca, Lyndon B. Johnson y Richard Nixon.

Formado como pianista clásico, Mendes decidió alejarse de lo erudito para acercarse a géneros más contemporáneos y fusionar influencias brasileñas y norteamericanas en su obra.

Mendes se convirtió en uno de los principales exponentes de las modernizaciones de la bossa nova, por sus arreglos con el piano, un instrumento con el que creó innovaciones armónicas para este género musical.

A comienzos de los años 1960, junto con otros colegas de la época, Mendes afianzó el «sambalanço», una forma de tocar bossa nova de manera inventiva que surgió en los clubes nocturnos de Copacabana, en Río de Janeiro.

Tras el golpe militar en 1964, se vio forzado al exilio. Llegó a ser detenido, a pesar de que la política nunca tuvo espacio en las letras de sus canciones.

Entonces, fijó su residencia en California. Esa mudanza supuso un punto de inflexión en su carrera, puesto que en Estados Unidos enriqueció su música con la influencia del jazz.

Estados Unidos también le brindó una audiencia nueva para la que se convirtió en la cara más representativa de la música brasileña, a la que revistió de un toque internacional que cayó en el gusto del público estadounidense.

Con sus grabaciones, dio una mayor audiencia y proyección a artistas como Dori Caymmi, Tom Jobim, o Gilberto Gil.

En las últimas tres décadas, hizo incontables colaboraciones con artistas reconocidos como Justin Timberlake, John Legend, Erykah Badu o Black Eyed Peas, o el brasileño Carlinhos Brown, con los que logró alcanzar públicos más jóvenes, al hacer relecturas de canciones clásicas y ritmos brasileños populares.

En seis décadas de carrera, Mendes grabó más de 35 álbumes, varios de los cuales alcanzaron ventas de nivel oro o platino. Ganó tres premios Grammy y fue nominado para un Oscar por el tema de la película animada ‘Rio’.

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