Hay una alarmante disparidad en el tratamiento de la depresión, y los expertos piden un mayor esfuerzo para ayudar a los que padecen trastornos en sus estados de ánimo.
Menos de una tercera parte de los adultos estadounidenses que dan positivo en exámenes para detectar depresión reciben tratamiento, según un nuevo estudio publicado el lunes en la revista JAMA Internacional Medicine. Mientras tanto, la mayoría de los adultos que reciben tratamiento no han dado positivo en las pruebas.
La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes en Estados Unidos, donde afecta a alrededor de 14,8 millones de personas adultas cada año.
«Me sorprendió un poco. Ha habido un aumento sustancial en las recetas de antidepresivos en los últimos años, por lo que uno podría suponer que ya no existe un problema de falta de tratamiento de depresión», dijo el Dr. Mark Olfson , profesor de psiquiatría en la Universidad de Columbia y autor principal del artículo.
«Sin embargo, nuestros resultados sugieren que una gran mayoría de las personas que dan positivo de depresión no reciben ningún tipo de tratamiento», añadió. «Hubo algunos grupos – hombres, los adultos con menos educación, las minorías étnicas y raciales – que tienen menos probabilidades de recibir tratamiento para sus síntomas».
Olfson y sus colegas analizaron los datos de salud mental de percepción subjetiva de 46,417 personas. La información se recopiló en 2012 y 2013 como parte de unas encuestas del Panel de Gastos Médicos.
Los investigadores analizaron a los participantes que dijeron haber dado positivo por depresión y los que informaron que recibieron tratamiento.
Se descubrió que aproximadamente el 8,4% de todos los adultos encuestados habían dado positivo por depresión, pero entre ellos, sólo el 28,7% recibieron algún tratamiento durante el período de un año que duró la encuesta.
Mientras tanto, entre el 8,1% de todos los adultos encuestados que dijeron haber recibido algún tipo de tratamiento para la depresión, sólo el 29,9% había dado positivo en los estudios. Los investigadores no recibieron ninguna información sobre los resultados de los tratamientos.
«Al mismo tiempo, nos encontramos con que, entre los que son tratados, los que tienen más problemas psicológicos graves son menos propensos a recibir antidepresivos que aquellos que tienen menos dificultades», señaló Olfson. «Así que no sólo hay problemas porque las personas deprimidas no reciben ningún tipo de tratamiento, sino también hay problemas para que las personas que reciben tratamiento reciban el correcto».
Los antidepresivos fueron el tratamiento más común entre los participantes en el estudio, seguido de la psicoterapia, ansiolíticos, antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo, de acuerdo con los resultados de la investigación.
«Creo que el documento pone de relieve un problema importante que tanto pacientes como profesionales de la salud reconocen desde hace bastante tiempo: que muchas personas no reciben la atención que necesitan, y eso es especialmente cierto entre las minorías y los de menores ingresos, que no tienen seguro o carecen de educación», dijo Jonathan Becker, profesor ayudante de psiquiatría clínica y director del servicio de neuromodulación del Centro Médico de la Vanderbilt University, que no participó en el nuevo documento.
«La metodología nos da una visión general del problema más grande. Tiene limitaciones en que no permite sacar conclusiones específicas en cuanto a lo que conduce exactamente a la falta de tratamiento o por qué existen las diferencias en el tratamiento», dijo refiréndose al estudio.
Olfson declaró que tiene algunas ideas sobre por qué algunos pacientes no reciben tratamiento, y hay muchas razones. Algunos no se dan cuenta de que el tratamiento podría beneficiarles, o se enfrentan al estigma y la vergüenza, dijo. Otras personas pueden tener problemas médicos que eclipsan sus síntomas de depresión.
El trastorno suele ir acompañado de sentimientos de tristeza y fatiga, pérdida de interés en actividades normales, trastornos del sueño, ansiedad, cambios en el apetito, dificultad de concentración y pensamientos suicidas, entre otros síntomas.
¿Qué se necesita para hacer frente a este problema con el tratamiento de la depresión? Olfson dijo que se deberían usar más herramientas de detección y servicios de salud mental, como psicólogos, psiquiatras y otros profesionales de la salud mental, en la atención médica primaria.
«La mayoría de los adultos, en algún momento durante el transcurso del año, acuden a una consulta de atención primaria», señaló. «Hay herramientas de detección dentro de la atención primaria y que sólo toman un par de minutos del paciente, y que ofrecen una muy buena lectura de si el paciente tiene síntomas depresivos en ese momento».
Algunos sistemas de salud, como el Group Health Cooperative de Seattle, han adoptado este enfoque, y ofrecen pruebas de detección y servicios de salud mental a sus pacientes, según Olfson.
«Los grandes sistemas de salud, como el Group Health y Kaiser, han puesto en marcha programas sistemáticos para detectar la depresión y, lo que es más importante, promover el continuo tratamiento y seguimiento de los resultados del tratamiento. La detección de la depresión es importante, pero no es suficiente» dijo el Dr. Gregory Simon, psiquiatra de Group Health y presidente del Consejo Asesor Científico de la Alianza en Apoyo de la Depresión y el trastorno Bipolar.
«Si bien la proporción de personas que reciben tratamiento para la depresión en Estados Unidos se ha incrementado significativamente en los últimos 20 años, todavía hay muchas personas que se beneficiarían de un tratamiento de la depresión pero no lo están recibiendo o no están recibiendo un tratamiento eficaz: el tipo de tratamiento adecuado por un tiempo continuado para ser eficaz «, agregó Simon, que no participó en el estudio.