Essena O’Neill, de 18 años, era una estrella del Instagram y otras redes sociales. Encantaba cada día a más de 500,000 seguidores y siempre iba por más. Se consideraba una adicta a estas plataformas hasta que decidió hacer un cambio radical en su vida.
Semanas atrás anunció su salida de las redes, eliminando todas sus cuentas, y la razón que compartió fue: “Esta no es la vida real”. Luego de esto, publicó un video en el portal que lleva su nombre bajo el tema: ‘Por qué dejé las redes sociales’.
La australiana admitió que su obsesión por tener más seguidores la llevó a montar una farsa sobre su vida que la hacía sentir insegura y depresiva. “Viví en un engaño durante tres años. Mi vida apestaba, porque deseaba ser como otras personas y mi mundo se medía en ‘me gusta’ y ‘views’. Hoy ya no quiero eso”, confesó O’Neill.
Cada foto que la modelo publicaba merecía la aprobación de todos. Tras su salida del Instragram, decidió publicar la intención real del contenido de sus fotos. Una de las instantáneas la describió: “Por favor, dadle like a esta fotografía. Me he maquillado, rizado mi pelo, me he puesto un vestido ajustado, una incómoda joya… Me he hecho más de 50 fotografías hasta conseguir una que quizá les guste, después la edité con un montón de aplicaciones para sentirme socialmente aceptada por ustedes”.
La crítica a las redes sociales que expone O’Neill deja al descubierto la carga emocional de una persona adicta a la aprobación social. Ahora reta a las personas a desconectarse por dos semanas de las redes, a realizar cosas creativas que muestren quiénes son realmente y a vivir.
