Más rico que muchos reyes y con una fortuna similar a la de algunos sultanes. Así describió ‘Forbes’ al fallecido líder de la revolución cubana Fidel Castro, cuando en 2016 le definió como el séptimo mandatario más acaudalado del mundo. De acuerdo con la publicación, ‘El Comandante‘ habría llegado a acumular más de 110.000.000 dólares en sus cuentas bancarias, que incluirían inversiones en el extranjero. No obstante, tres años más tarde, la revista financiera aseguró que la fortuna de Castro había aumentado ocho veces su valor gracias a su intervención en empresas estatales. Una especulación que el gobernante no estaba dispuesto a tolerar. Menos cuando uno de sus ex guardaespaldas había comenzado una campaña mediática con tal de desprestigiar su enigmática vida privada.
‘Forbes’ ha vuelto a recordar esta semana que hace una década Fidel Castro ingresó a su lista de millonarios, con un patrimonio que ascendía de los 103.000.000 euros a 850.000.000 euros en sólo 36 meses. Una cifra que habría sido promovida por las ganancias de empresas como CIMEX (grupo económico que incluye tiendas minoristas, servicios de transporte marítimo, un rent-a-car y una distribuidora de joyas), Medicuba (una importadora y exportadora de productos médicos, ligado al ministerio de sanidad de Cuba) o recintos ciudadanos como el Palacio de Convenciones de La Habana. Sin embargo, el gobernante decidió defenderse de forma pública de las acusaciones y desafió a sus detractores en televisión.
«Que lo prueben. Y si lo prueban no hace falta que preparen más planes, ni transición, ni tonterías de ese tipo. Si ellos prueban que tengo una cuenta en el exterior de 900.000.000, de 1.000.000, de 500.000, de 100.000, de 10.000.000, de un dólar, yo renuncio al cargo y a las funciones que estoy desempeñando. Vean, yo llevo 40 años. Vean, yo los desafío«, dijo en ese entonces, en espera a una respuesta de la editorial estadounidense. Pero ‘Forbes’ no fue capaz de revelar con exactitud cómo había llegado a la conclusión de que Fidel gozaba de la misma capacidad económica de Alberto de Mónaco.
Estilo de vida capitalista
Aunque los rumores sobre la vida de lujos de los Castro no contribuían con la sencillez que el presidente pretendía aparentar. Es más, en 2014 Juan Reinaldo Sánchez, quien fuera su agente de seguridad entre 1977 y 1994, escribió un libro llamado ‘La vida oculta de Fidel Castro’, donde desglosó la posesiones más «ridículas» del político, así como los excéntricos lujos con los que se rodeaba. «Al contrario de lo que siempre se ha dicho, Fidel nunca ha renunciado a las comodidades o escogido vivir en la austeridad. Su modo de vida es el del capitalista sin ningún tipo de límites», redactó Sánchez, después de que su ex jefe lo enviara a la cárcel por insubordinación tras presentar su renuncia.
Y es que Juan Reinaldo estaba decidido a desenmascarar al militar, por lo que entre 2014 y 2015 concedió numerosas entrevistas a cadenas como Univisión, además de escribir artículos para periódicos como el ‘New York Post’, donde siempre se refirió a Castro como una persona hipócrita. «Una de las características fundamentales que yo aprecié en Fidel fue su gran poder de manipulación. Ha manipulado no sólo a mí, ha manipulado a presidentes y grandes personajes. […] Es una persona oportunista. Una persona que sabe medir el momento oportuno para lograr lo que quiere. Yo diría que tenía una doble vida. […] Tenía una vida pública, la vida donde él quería dar una imagen de persona modesta, hasta familiar. Pero en la vida privada Fidel era otra cosa. Siempre se manejó en Cuba como secreto de estado», comentó a la BBC tras el éxito de sus revelaciones.
Dentro de su libro, Sánchez no midió sus palabras ni se privó de ningún detalle. Según cuenta el autor, Fidel habría tenido tal afición por el mar, que habría llegado a poseer cuatro yates (uno bautizado como ‘Aquarama II’, construido con madera procedente de Angola), numerosos botes de pesca y una marina que no tendría nada que envidiarle a las de Saint-Tropez. De la misma forma, habría sido dueño de más de 20 mansiones, las cuales le habrían servido como residencia para sus días libres. Una de sus propiedades más importantes es conocida como Cayo Piedra, una isla cercana a la Bahía de los Cochinos, donde Fidel habría instalado un delfinario, un restaurant decorado con tortugas marinas, además de piscinas, saunas, canchas de básquet y un helipuerto. Aunque su verdadero hogar se encontraba en Punto Cero, en Jaimanitas, un sitio al que describía como un «refugio de pescadores», pero que contaba con 75 acres (más de 303.000 metros cuadrados).
Por otro lado, Caleta Rosario, en Matanzas, también habría sido uno de sus sitios favoritos. Como la hacienda ‘La Deseada’ en Pinar del Río, donde Castro practicaba su hobby: la caza de patos. Aunque los singulares gustos de Fidel no habrían acabado allí. Porque como relató Sánchez a medios como el ‘Daily Mail’, los Castro habrían tenido gustos tan diferentes que ni siquiera tomaban de la misma leche. El patriarca había comprado vacas distintas para que cada uno de los miembros de su familia pudiese tener su «leche especial», con acidez y cremosidad diferente, todos los días durante el desayuno. Asimismo, el político habría sido muy quisquilloso con su alimentación, la cual era resguardada por grandes chefs. Como Tomás Erasmo Hernández, quien -al ser entrevistado por ‘Munchies’- no dudó en comentar que el polémico líder comía ceviches cargados de cilantro y sopas vegetales junto a cócteles típicos de la zona.
Los herederos
Pese a que Fidel siempre afirmó que no ganaba más de 900 pesos cubanos (entre 30 y 40 euros), sus opositores ponen en duda que ese salario pudiese haber cubierto su pomposo estilo de vida. Gustos, bienes y excesos de los que ahora podrían gozar sus herederos. Y aunque aún no existe información de un testamento por parte de Castro, su patrimonio debería ser entregado a sus familiares directos. Es decir, el ahora presidente Raúl (junto a algunos de sus hermanas, como Agustina, quien reside en Cuba), su esposa Dalia Soto del Valle, con quien estuvo 40 años, y sus hijos que, de acuerdo con algunos medios-como ‘El Universal’- podrían llegar a ser más de nueve.
Uno de los que podría verse más beneficiado con la herencia sería Fidel Ángel Castro Díaz-Balart, conocido como ‘Fidelito’, quien trabajó como físico nuclear el gobierno de su padre. Es uno de los primeros hijos de Castro y nació de su relación Mirta Díaz-Balart, su primera esposa y con quien contrajo matrimonio cuando sólo era un estudiante. No obstante, su primogénito sería Jorge Ángel López, quien fue fruto de un affaire con una muchacha de Santiago, muy poco antes de dar el «sí» a Mirta. Por otro lado, también tiene una hija -que no lleva su apellido- con la socialité Naty Revuelta, quien suele ser nombrada como Alina Fernández. Asimismo, en sus veinte, habría tenido otro hijo producto de una relación casual.
Sin embargo, sus herederos más conocidos siempre han sido los hijos de Dalia: Antonio, Ángel, Alejandro, Alex y Alexis, siendo Tony el más reconocible por su fama de derrochador. A diferencia de la imagen que quería proyectar su padre, Antonio se fotografía en hoteles cinco estrellas -en Mykonos o Varadero-, además de pasar su tiempo libre en yates y restaurantes de lujo. O jugando golf, uno de sus pasatiempos favoritos. De la misma manera, también se ha convertido en un habitual en los campeonatos de béisbol y softbol, por lo que ha pasado a ser embajador de la confederación mundial. Aficiones que han puesto en jaque, para el periodismo internacional, su afiliación al doctrina castrista.
Durante esta semana, la isla caribeña continuará de luto. Los homenajes a Fidel se extenderán por todo el país y mandatarios de todo el mundo llegarán hasta La Habana para mostrar sus respetos. Por su parte, ‘Forbes’ ha continuado señalando -con al menos tres reportajes- que Castro sí era multimillonario. Pese a ello, no han publicado ninguna prueba o documento que pueda avalar sus cálculos. A pesar de eso, la muerte del revolucionario sí podría aumentar su patrimonio. Como ha sucedido con algunos de sus colegas, como el Che Guevara. Finalmente, el comunismo no puede detener el merchandising ni impedir que se capitalice su fama.