No ha habido otro presidente como Donald Trump. El magnate convertido en líder de la primera potencia mundial es ante todo un obseso de la imagen. Tiene rasgos inconfundibles, como el color de su cabello, su peinado, el atuendo o el bronceado de su piel. Todo ello le convierte en un blanco ideal de la sátira, que se ha ejercido de forma abundante en revistas de todo calado en el mundo. Estas son algunas de ellas.