Un nuevo estudio sugiere que incluso una pequeña cantidad de alcohol podría ser suficiente.
“Solo un poco”. Es el consejo que la ginecóloga de Lily en Cómo conocí a vuestra madre le da cuando ella le pregunta si está bien beber vino durante el embarazo. Es muy común que las mujeres beban alcohol durante el embarazo, especialmente antes de darse cuenta de que están esperando un hijo. Un estudiode este año encontró que más de la mitad de las mujeres bebían alcohol durante los primeros meses. Según los investigadores, los ginecólogos no se han puesto de acuerdo sobre qué es lo correcto, pero una nueva investigación parece defender la idea de “mantenerse completamente sobria durante nueve meses”: los investigadores han concluido que incluso un poco de alcohol durante el embarazo puede afectar el desarrollo facial del bebé.
El estudio, publicado el lunes en JAMA Pediatrics encontró que el consumo de alcohol durante cualquier momento del embarazo de una mujer, sea la cantidad que sea, puede causar diferencias anatómicas en la forma craneofacial de un niño, incluso aunque el niño no ha sido diagnosticado con el trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF) o el síndrome de alcoholismo fetal (SAF), ambos relacionados con trastornos cognitivos y anomalías faciales como ojos pequeños, labios superiores delgados y una filtrum liso (la pequeña ranura entre la base de la nariz y el labio superior). Sin embargo, cabe señalar que no se ha demostrado que estos cambios afecten a la salud cognitiva y solo pudieron detectarse a través de técnicas de escaneo, no a simple vista.
Para el estudio, los investigadores australianos recopilaron datos de 415 niños blancos y de sus madres, y les pidieron que informaran sobre sus niveles de consumo de alcohol durante los tres meses previos al embarazo y a lo largo de cada trimestre, que se clasificaron como «bajo» (menos de 20 g de alcohol por ocasión y menos de 70 g por semana), «moderado» (De 21 a 49 g de alcohol por ocasión y menos de 70 g por semana), «alto» (más de 70 g por semana) y «compulsivo» (más de 50 g por ocasión). Las madres que se abstuvieron de consumir alcohol sirvieron como grupo de control (para que lo sepas: una bebida estándar son 14 g).
De los 415 niños, 326 estuvieron expuestos al alcohol en algún momento antes del nacimiento: 193 lo estuvieron durante todo el embarazo y 133 en el primer trimestre solamente. Cuando los bebés tenían casi un año de edad, los investigadores tomaron fotos de sus rostros con múltiples cámaras en ángulos diferentes, lo que produjo una foto 3D que detallaba casi 70.000 puntos en cada cara.
Las técnicas de escaneo mostraron diferencias sutiles —como una nariz ligeramente más corta y respingada— en los bebés cuyas madres bebieron alcohol, incluso en las cantidades más bajas, en comparación con aquellas madres que se abstuvieron. Las diferencias más pronunciadas se produjeron en los niños expuestos a alguna cantidad de alcohol durante el primer trimestre en comparación con los niños que no fueron expuestos en absoluto.
Aparte de la cantidad de alcohol consumida, los niños de aquellas mujeres que afirmaron sentir los efectos del alcohol con demasiada rapidez exhibieron mayores diferencias craneofaciales que los de las mujeres que no lo hicieron, posiblemente debido a diferencias genéticas en cómo las personas metabolizan el alcohol, según los investigadores.
Esta noción de que la bebida puede afectar el desarrollo facial del feto no es nueva. «Durante 20 años hemos sabido que la cara [que se asocia al SAF] se presenta como un continuo», contó a STAT Susan Astley, directora de la Red de Diagnóstico y Prevención de Alcoholismo Fetal de Washington. «En mi opinión, realmente no han sido una contribución a la literatura sobre el tema porque han hecho que el lector piense que la mayor parte de la literatura todavía no existe». Además, el estudio solo se aplicó a bebés blancos, así que los resultados no son aplicables a los de otras etnias.
Si estás embarazada y has bebido un poco de alcohol, no hay necesidad de asustarse. «Llegados este punto, no hemos identificado ningún problema que deba preocupar», dijo Jane Halliday, autora principal del estudio y profesora de genética de salud pública del Murdoch Children’s Research Institute, en una entrevista con New Scientist. Independientemente del alcohol, hay muchos otros factores que tienen un impacto en la salud y desarrollo del bebé, como la nutrición, agregó Halliday. Sin embargo, los autores del estudio (y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) señalan que evitar el alcohol por completo —para las mujeres que están embarazadas o que pueden quedar embarazadas— es la opción más segura.