Al menos 12 personas resultaron muertas en un atentado este martes contra un autobús en el que viajaban miembros de la guardia presidencial de Túnez.
Según las autoridades, todos los muertos pertencían al cuerpo de seguridad. Otros 16 también resultaron heridos.
El presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, declaró 30 días de estado de emergencia en el país y un toque de queda nocturno en la capital, donde se produjo el ataque.
«Quiero asegurarle al pueblo tunecino que vamos a vencerle al terrorismo», dijo Essebsi.
Analistas señalan que la sospecha de la autoría recaerá en militantes islamistas, que también han sido responsables de varios ataques en el país este mismo año.
Hasta el momento ninguna organización se ha adjudicado el atentado.
Las autoridades manejan la hipótesis de que un suicida se hizo explotar cuando el vehículo pasaba frente a la sede del partido del exmandatario Zinedin el Abedin Ben Ali, quien cayó en la ola de protestas de la «Primavera Árabe».
En la mira de los islamistas
Desde Túnez, la periodista de la BBC Rana Jawad destacó que el presidente comenzó a hablar de «guerra contra el terrorismo» y llamó a más colaboración de la comunidad internacional.
Jawad explicó que el estado de emergencia le da a las fuerzas de seguridad poderes extraordinarios en la investigación de los sospechosos de tener vínculos con milicianos islamistas.
Este año, Túnez ha sufrido dos atentados islamistas, en marzo y junio, ambos contra la industria turística. Varios visitantes extranjeros murieron en ataques en la capital y en la ciudad costera de Susa, en acciones reivindicadas por Estado Islámico.
El presidente francés, François Hollande, afirmó desde Washington que su país y Túnez, libran «el mismo combate contra el oscurantismo y la democracia».
«Condeno con la mayor firmeza ese cobarde atentado que acaba de golpear de nuevo a Túnez», declaró el jefe del Estado francés en un comunicado.
bbc