Chrissy Turner de ocho años está librando una lucha por sobrevivir. A su corta edad ha sido diagnosticada con una enfermedad familiar para millones de mujeres en el mundo: cáncer de seno.
Este octubre, la menor le dijo a sus padres que tenía un bulto en el pecho. «Tuve miedo», recuerda su padre.
Chrissy tiene una extraña forma de cáncer de mama llamado carcinoma secretorio, una enfermedad de la que sufren apenas una en un millón de personas de su edad.
La niña se ha convertido en la persona más joven del mundo en tener este tipo de cáncer, y deberá someterse a una mastectomía este diciembre.
«Tenía miedo cuando supe por primera vez lo que me pasaba, pero supe, supe que podría vencerlo y espero que pueda hacerlo», dice Chrissy, que está determinada a salir victoriosa de la lucha contra el cáncer.
Sus padres también son sobrevivientes del cáncer: su madre venció el cáncer de cervix y su padre fue diagnosticado con un linfoma después de que Chrissy nació.
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