El Papa urge a los colombianos a dejar atrás la guerra

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“Es mucho el tiempo pasado en el odio y la venganza”. Parafraseando al escritor colombiano Gabriel García Márquez el papa Francisco pidió el jueves a los colombianos que enfrenten unidos los desafíos de la paz en el primer discurso de su visita de cinco días al país.

“La soledad de estar siempre enfrentados ya se cuenta por décadas y huele a cien años”, agregó el pontífice argentino de 80 años aludiendo a la obra cumbre del fallecido Nobel colombiano. “No queremos que cualquier tipo de violencia restrinja o anule ni una vida más”.

El papa pidió a los colombianos converger en una misma ruta para enfrentar los desafíos de la paz en una nación desgarrada por décadas de conflicto armado al tiempo que pidió a los líderes del país impulsar “leyes justas” para resolver la pobreza en una de las naciones con más fervor católico en Sudamérica. Igualmente pidió a más de un centenar de obispos del país que contribuyan en la reconciliación y lleguen al corazón de la gente.

Antes de una reunión privada con el presidente Juan Manuel Santos en la casa presidencial en la neoclásica Plaza de Armas, el Santo Padre dijo que en esta tarea difícil se debe sacudir “toda tentación de venganza y búsqueda de intereses sólo particulares y a corto plazo”.

Santos, uno de los artífices del fin del conflicto al pactar la paz con las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) el año pasado, aceptó en un discurso previo las palabras de Francisco y llamó a los colombianos a “dar el primer paso” y dejar ir atrás el resentimiento de décadas de violencia armada.

Sin embargo, el mandatario reconoció que aún queda mucho por hacer para que los colombianos superen las amargas divisiones creadas por un acuerdo de paz que los opositores conservadores consideran demasiado generoso.

“Miles de vidas han sido salvadas, miles de víctimas se han evitado, pero nos falta dar ese paso renovador, ese primer paso que es el más importante de todos: el paso hacia la reconciliación. De nada vale silenciar los fusiles, si seguimos armados en nuestros corazones”, sostuvo Santos.

Esta fue la primera actividad del papa antes de comenzar un recorrido por la histórica Plaza Bolivar, en el centro de la capital, donde se topó con una multitud, mayormente de jóvenes, a los que bendijo y pidió que no se dejen robar la alegría y la esperanza.

“¡Cuánto los necesita Colombia para ponerse en los zapatos de aquellos que muchas generaciones anteriores no han podido o no han sabido hacerlo o no atinaron con el modo adecuado para lograr comprender!”, dijo a la multitud desde el balcón del Palacio Cardenalicio de Bogotá el papa, que se notaba alegre y repetía que los jóvenes son los aptos para hacer “líos”.

Un grupo de niños cantó y abrazó antes a Francisco a su llegada a la plaza y el papa saludó a chicos en sillas de ruedas antes de pronunciar su discurso en una mañana fresca y soleada.

El Santo Padre valoró los esfuerzos por la paz que hizo el país en los últimos años aunque advirtió que es una tarea que no da tregua y que “exige el compromiso de todos”.

“Trabajo que nos pide no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación”, señaló el primer papa latinoamericano, quien al mismo tiempo exhortó a los líderes de la nación y la Iglesia católica “a poner la mirada” en los sectores excluidos largamente. “No olvidemos que la inequidad es la raíz de los males sociales”, dijo.

El papa siguió la tónica de sus mensajes al encontrarse al mediodía con 130 obispos colombianos a quienes pidió que a través de la palabra ayuden a sanar los rencores y el odio. En la palabra “tienen la autonomía para inquietar, allí tienen la posibilidad de sostener un cambio de ruta”, dijo.

Esta visita tiene un alto contenido emocional y cumple una promesa que hizo Francisco a negociadores del gobierno y las FARC cuando visitó Cuba en 2015, en coincidencia con el prolongado diálogo entre las partes en esa en la isla caribeña.

Entonces pidió a ambas partes que no dejaran pasar una oportunidad histórica para la paz. Pero ahora que el acuerdo está firmado, las armas silenciadas y 7.000 rebeldes están regresando a la vida civil, los colombianos enfrentan un reto más complicado: unirse y erradicar las disparidades sociales.

Santos, ganador del Premio Nobel de la Paz el año pasado, dio las gracias el miércoles al pontífice argentino por presionar a los negociadores durante un momento complicado en el proceso de cuatro años y se mostró esperanzado en que la visita papal inspire a los colombianos a dar el siguiente paso y dejar atrás definitivamente la violencia que causó 220.000 muertos y siete millones de desplazados.

Francisco tuvo presente el tema de la reconciliación desde su llegada a Bogotá a última hora del miércoles, cuando recibió el fervoroso saludo de miles de personas que se apostaron a lo largo de la ruta por donde pasó en su papamóvil desde la terminal aeroportuaria a la Nunciatura.

Una vez en la Nunciatura el papa ofreció su primer discurso ante un grupo de jóvenes de barrios marginales y rescatados de problemas de violencia y drogas, a quienes pidió que no se dejen robar la “alegría y la esperanza”.

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