La Reserva Federal (Fed) ha adoptado una nueva regulación por la que prohíbe la concesión de préstamos de emergencia a bancos si hay menos de cinco entidades con problemas. La Fed sí está autorizada a actuar en un escenario más amplio, que afecte al menos a cinco bancos. De esta manera, renuncia al mecanismo que le permitió hace seis años salir al rescate del grupo asegurador American International Group (AIG) y del banco de inversión Bear Stearns. Será efectiva desde el 1 de enero. Lo que se pretende es que pueda acudir para solucionar crisis sistémicas, pero no rescatar a un banco que, por problemas de gestión, está abocado a la bancarrota.
La medida se enmarca dentro del paquete de reformas adoptadas por el Congreso para prevenir una nueva crisis financiera. El legislativo, preocupado por los inmensos poderes que tenía la autoridad monetaria, solicitó que ajustara su regulación para que sus programas de asistencia tuvieran un enfoque más general y evitar así que la ayuda beneficiara a entidades específicas. El préstamo se hará a un precio muy alto, para que su devolución se haga antes.
La nueva legislación, cuyo primer borrador se presentó hace dos años, prohíbe expresamente que los préstamos de la Fed se concedan a compañías que se consideran insolventes. En la práctica, esta medida restringe los poderes de la Fed para orquestar estas operaciones por la puerta trasera.
Riesgo moral
Para garantizar que los créditos de la Reserva Federal no van a bancos que no podrán pagar sus deudas, la nueva norma restringe que estos préstamos se dirijan a compañías que son solventes y que luego pueden redirigir a las que están en dificultad. La senadora demócrata Elizabeth Warren fue una de las que más criticaron a la Fed por abusar de sus poderes como prestamista de último recurso para inyectar liquidez.
El gobernador Daniel Tarullo, el encargado en el seno de la Fed de elaborar toda la legislación que rige su trabajo, explicó antes de la adopción que con la nueva norma se logra eliminar una tensión que impide a la Fed actuar con flexibilidad en momentos de crisis para ayudar a las partes de la economía bajo estrés, al eliminar un “riesgo moral” que afectaba a su acción. La Reserva Federal, bajo la batuta de Ben Bernanke, fue muy criticada por recurrir al dinero del contribuyente para auxiliar entidades que asumieron grandes riesgos. Entonces admitió que salir al rescate de AIG le provocó náuseas, pero justificó la decisión al considerarla necesaria para evitar el derrumbe de la economía porque era sistémica.
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