«Alá decidió castigar a los gobernantes turcos quitándoles la razón, privándolos del sentido común». Con un enérgico discurso, el presidente ruso, Vladímir Putin, volvió a cargar contra Turquía y su liderazgo, a quien acusó de «llenarse los bolsillos con el crudo robado» en Siria e Irak, en su tradicional alocución sobre el estado de la nación.
«Sabemos quiénes en Turquía se llenan los bolsillos con el crudo robado», señaló Putin, en alusión al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su familia, a quienes Moscú acusa de beneficiarse del negocio del petróleo saqueado por el Estado Islámico.
En un claro tono amenazante, el jefe de Estado ruso afirmó: «Si creen que se librarán con tomates u otras restricciones tras cometer un crimen de guerra, se equivocan». «No lo olvidaremos jamás, los turcos van a lamentar el derribo del avión», dijo.
«Les recordaremos más de una vez lo que han hecho y se arrepentirán más de una vez de lo cometido», insistió durante su discurso.
El mandatario aseguró que «es complicado combatir el terrorismo cuando organizaciones como ISIS reciben apoyo financiero permanente«. «Se debe crear un puño común, un potente frente antiterrorista, al igual que se hizo con el nazismo», pidió.
Más adelante, en otro tramo de su alocución y con un tono más calmo, Putin se refirió a su política internacional y a los proyectos con sus socios. «Estamos interesados en la colaboración de socios extranjeros», manifestó.
«Estamos realizando proyectos conjuntos con China y otros países», contó. Y agregó que «se han invertido cuantiosos fondos en zonas del Lejano Oriente». «El mayor reto de nuestra política es elevar la esperanza de vida», agregó.
