Un miércoles por la tarde en un terreno en expansión en una antigua estación aérea naval en Alameda, California, al otro lado de la bahía de San Francisco, los trabajadores están soldando un gran tubo negro. El tubo, más o menos la longitud de un campo de fútbol, es una pieza de un sistema más grande que zarpará para el Gran Parche de Basura del Pacífico este verano, donde comenzará a recoger algunos de los 1,8 billones de pedazos de basura de plástico traídos por las corrientes oceánicas. .
Hace seis años, la tecnología era solo una idea presentada en una charla de TEDx . Boyan Slat, el presentador de 18 años, había aprendido que limpiar las diminutas partículas de plástico en el océano podría tomar casi 80,000 años. Debido al volumen de plástico que se esparce por el agua, y porque se mueve constantemente con las corrientes, tratar de perseguirlo con redes sería una proposición perdedora. Slat en cambio propuso utilizar ese movimiento como una ventaja: con una barrera en el agua, argumentó, el remolino de plástico se podía recoger mucho más rápido. Luego podría sacarse del agua y reciclarse.
Algunos científicos han sido escépticos de que la idea sea factible. Pero Slat, sin inmutarse, abandonó su primer año de universidad para seguir con el concepto, y fundó una organización sin fines de lucro para crear la tecnología, The Ocean Cleanup., en 2013. La organización recaudó $ 2.2 millones en una campaña de crowdfunding, y otros inversores, incluido el CEO de Salesforce, Marc Benioff, aportaron millones más para financiar la investigación y el desarrollo. Para finales de 2018, la organización sin fines de lucro dice que recuperará su primera cosecha de plástico marino del North Pacific Gyre, junto con pruebas concretas de que el diseño funciona. La organización espera traer 5,000 kilogramos de plástico a tierra por mes con su primer sistema. Con una flota completa de sistemas desplegados, cree que puede recolectar la mitad de la basura plástica en el Great Pacific Garbage Patch (alrededor de 40,000 toneladas métricas) dentro de cinco años.
El sistema utiliza un tubo flotante gigante, el primero de 2000 pies de largo, hecho de un plástico duradero llamado HDPE, que puede flotar en el agua, lo suficientemente flexible como para doblarse con las olas, pero lo suficientemente rígido como para formar una barrera en forma de U para detener el plástico flotando en la superficie del océano. Una pantalla de nylon fuerte, unida debajo, atrapará algo de plástico debajo de la superficie, pero como no es una red, no capturará vida marina. Los anclas grandes, flotando en agua quieta cientos de pies debajo de la superficie, ayudarán a estabilizar el dispositivo para que se mueva en la corriente más lentamente que el plástico, lo que permite recoger el plástico que se acumula en frente del dispositivo.
Ha habido múltiples desafíos de ingeniería en el camino. Originalmente, el diseño requería un anclaje al lecho marino, pero debido al gasto y la complicación, el equipo tuvo que abandonar el plan; finalmente se dieron cuenta de que un ancla flotante podría funcionar. «Hubo muchas ocasiones en los últimos años que fueron realmente difíciles», me dijo Slat, ahora de 23 años, mientras nos sentábamos en una plataforma rodeada por secciones del dispositivo. El hecho de que había tanto en juego lo ayudó a seguir adelante.
«Nunca podría trabajar en una aplicación para compartir fotos o ‘inicio de Internet XYZ'», dice. «Creo que la gente sobreestima el riesgo de los proyectos de alto riesgo. Personalmente, creo que me resultaría mucho más difícil hacer que una aplicación para compartir fotos sea un éxito; suena contradictorio, porque es mucho más fácil desde una perspectiva de ingeniería, pero creo que si trabajas en algo realmente emocionante, audaz y complicado, entonces atraerás al tipo de personas que son realmente inteligentes y talentosas. Gente a la que le gusta resolver problemas complicados «.
En unas semanas, la primera pieza de la tecnología, la longitud de un campo de fútbol, será remolcada desde la Bahía de San Francisco, a lo largo de la costa de las Islas Farallon, donde el equipo probará cómo el sistema soporta el remolque. Para llegar al Pacific Garbage Patch, el equipo deberá ser remolcado durante tres semanas. Luego de la «prueba de remolque» local, los ingenieros recuperarán la primera sección y conectarán el resto para formar un total de 2.000 pies de tubería, un poco más largos que la altura de la Torre Sears.
Con el montaje completo, llevarán el equipo a 200 millas de la costa para una prueba final. (Debido a que esta prueba no se encuentra en la «zona de acumulación» de plástico, no esperan recoger demasiado desperdicio, pero verificará que todo el sistema funcione correctamente.) Si todo sale según lo planeado, zarparán para el giro. , llegando en agosto. A fines del otoño, planean regresar con un envío de plástico que se puede convertir en productos. Fabricantes como Adidas comenzaron a usar plástico marino como material , reconociendo el atractivo del consumidor, en 2016.
En última instancia, la organización sin ánimo de lucro quiere que las empresas patrocinen más sistemas, con logotipos impresos en los tubos, a pesar de las ubicaciones remotas (se trata más del simbolismo) en los otros grandes giros oceánicos. El dinero obtenido de la venta del plástico a los fabricantes, que desean el sello de usar plástico marino, teóricamente financiará la operación.
Es un plan ambicioso. Pero Slat argumenta que es un error, en algunos casos, comenzar con soluciones más modestas y escalar. En el caso del plástico marino, usar tecnología más pequeña para la recolección llevaría demasiado tiempo. «Creo que muy a menudo los problemas son tan grandes, las personas abordan los problemas de abajo hacia arriba: ‘Si solo hago esto un poco, entonces con suerte habrá algún tipo de efecto de bola de nieve que será cada vez más grande'», dice. «Estoy mucho más a favor del enfoque de arriba hacia abajo para la resolución de problemas. Realmente pregunte, si el problema es tan grande, ¿cómo se llega al 100%? Entonces, sabiendo lo que se necesita para llegar al 100%, trabaja en tu camino de regreso. Bueno, ¿qué tengo que hacer ahora?
Slat, al igual que otros que trabajan en el problema de los residuos plásticos, reconoce que la recolección de desechos existentes es solo una parte del desafío. El otro, por supuesto, está deteniendo el flujo inicial de basura en el océano, ya sea que haya sido arrojado al río Yangtze o caído a través de un desagüe pluvial en Los Ángeles. «Las limpiezas juegan un papel esencial en el tratamiento de los síntomas de la contaminación de los plásticos oceánicos, pero no abordan las causas», dice Sander Defruyt, líder de New Plastics Economy en la Fundación Ellen MacArthur., una organización que trabaja para ayudar a crear sistemas de circuito cerrado para plástico. «No pueden seguir el ritmo de la creciente ola de contaminación plástica. Para enfrentar la crisis de la contaminación por plástico, existe una necesidad urgente de reconsiderar la forma en que fabricamos, usamos y reutilizamos los plásticos. Esto requerirá que los innovadores, la industria y los gobiernos colaboren y desarrollen soluciones que eviten que el plástico se convierta en desperdicio en primer lugar. «La organización ha convencido a varias marcas importantes y minoristas para que se comprometan con envases 100% reutilizables, reciclables o compostables, y promueve soluciones como plástico compostable y degradable en el mar a partir de alimentos y residuos agrícolas de la startup Full Cycle Bioplastics .
Pero mientras ese trabajo continúa, la enorme cantidad de plástico que ya se encuentra en la vida silvestre que afecta al océano y aparece en la sal marina y las ostras y en otros lugares, necesita ser abordado ahora. En un estudio que The Ocean Cleanup publicó recientemente en Naturecon investigadores de varias universidades, el equipo se dio cuenta de que el problema en el Great Pacific Garbage Patch era 16 veces mayor de lo que inicialmente se pensaba, o 80,000 toneladas métricas. «Subraya aún más por qué es urgente limpiar», dice Slat. «La mayoría de [el plástico] sigue siendo grande, lo que significa que en las próximas décadas, si no lo sacamos, la cantidad de microplásticos puede multiplicarse por diez o por 100. Es este problema el que espera magnificar muchas veces a menos que podamos eliminarlo «.
