La producción del tomate industrial mueve RD$100 millones al mes

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El tomate industrial mueve más de RD$100 millones mensualmente desde la siembra hasta finalizar la cosecha en la República Dominicana, según José Jaquez, vicepresidente Agrícola de Transa Dominicana y directivo de la Confederación Nacional De Productores Agrícolas (Confenagro), quien señala que en ese proceso no está incluido el tema del transporte.

“El costo de producción promedio anda entre RD$7,580 a RD$8,000 por tarea. Cuando se calcula eso con las 80,000 tareas que nosotros estimamos, se sembraron en el Valle de Azua, puedes ver que el costo de producción pasa de los RD$600 millones solo en Azua. Eso no incluye el norte donde se siembran unas 15,000 tareas adicionales. Todos esos números indican que la producción genera más de RD$700 millones de inversión en el cultivo. Eso no tiene que ver con la parte industrial, ese es otro proceso e, inclusive, se les da el transporte gratuito porque lo asumen las empresas”, expresó.

Pese a que el tomate es un cultivo de carácter industrial, tiene a la vez un tinte social por la cantidad de mano de obra que requiere en su desarrollo. Cuando se habla de su producción, implica que se requieren cerca de siete días hombres por tarea en todo el ciclo.

“Cuando multiplicas eso por la cantidad de tareas que se puedan sembrar, eso es mucha gente en el cultivo. Con la tecnología se ha ido disminuyendo, obviamente, pero está rondando en 6.5 hombres por tarea. O sea, que la generación de mano de obra u ocupación es alta”, expresó.

Jaquez explicó que la cosecha que finaliza ahora en abril es producto del proceso que iniciaron en octubre de 2017 y en este mes es que están concluyendo la zafra. “En siete meses tu movilizas casi RD$100 millones mensuales. Es mucho hablar para Azua. En cerca de siete meses puedes estar hablando de RD$700 millones”. Es decir, son RD$100 millones mensuales en el ciclo del tomate”

En la conversación con Diario Libre dijo que en Azua se siembra el 80 % del tomate industrial y el otro restante, para completar el 100 %, se siembra en la línea noroeste, específicamente, en las provincias Montecristi y Valverde.

Algo importante en el cultivo del tomate industrial, dijo Jaquez, es el modelo de financiamiento, porque a diferencia de otros sectores productivos del país, que deben dejar algo en garantía, el productor del tomate solo debe presentar la cédula, lo que es suficiente para hacer el contrato con la agroindustria.

“Cuando tú hablas del cultivo del arroz, plátanos, todos los cultivos tienen un mecanismo de financiamiento que van a la banca privada, banco agrícola o van a los prestamistas informales que le facilitan al proceso de siembra de algunos cultivos. Normalmente tú tienes que dejar hipotecado tu título o debes dejar algo en garantía. En el caso de la producción de tomate, lo que se hace desde el inicio es que se le toma la copia de la cédula a los beneficiarios del financiamiento, llámese a los productores de tomates, y esa copia de la cédula es suficiente para generar el contrato en la agroindustria. Y a esto se suma que todas las agroindustrias tienen un equipo técnico que le dan seguimiento desde la A hasta la Z a todo lo que se hace con el cultivo sin costo alguno hacia el productor”, detalló Jaquez.

En este sector, argumenta, no hay ningún sacrificio económico del productor que no sea más que su esfuerzo, su entrega y la utilización de su suelo para la producción de tomate.

“Hay todo un andamiaje que desde que tengas tu cosecha terminada, también van de manera permanente y te dan los sacos para recoger el tomate, a cero costo también, y van y te retiran con camiones la producción en góndolas y lo pesan bajo un mecanismo”, indicó.

Explica que el sector tomate está siendo amenazado por la mosca blanca desde el 1989 y por el Tomato Spotted Wilt Virus (TSWV), la cual se interna originalmente en las plantas de tomate, y también se le conoce como la peste negra del tomate.

“La zafra ha sido exitosa, pero a sabiendas de que hay amenazas serias de estos virus que provocan a veces utilizar otras variedades y que son de muy alto costo porque son híbridas. No hay otro cultivo que garantice RD$5,000 a RD$6,000 por tarea a ningún productor. No hay cultivo en el país que bajo ese modelo financiero le asegure esa cantidad de beneficios por tarea. Pero también hay personas que se ganan RD$8,000 y RD$10,000. Esto es una estimación por quintal por tarea”, asegura.

Jaquez reveló que en este sector no hay una visión exportadora definida, precisando que la producción en el país es para consumo local, y de manera informal se exporta hacia Haití porque los haitianos tienen una gran demanda de los derivados del tomate.

“En la República Dominicana no hay una formalidad de exportación, eso podría lograrse en el futuro, pero todo lo que se produce aquí es de consumo local. Los productos derivados del tomate son: pasta de tomate, jugo, salsa condimentada, salsa para pizza, ketchup, coctel para cervecero y sopa de tomate”, explicó.

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