En la elección parlamentaria, con el 74% de los votos contados, la Alianza Popular de Erdogan, que incluye a su partido, Justicia y Desarrollo (AKP), y a un pequeño partido nacionalista, tenía 55,7%, mientras que el opositor Alianza de la Nación, integrado por nacionalistas, laicos y un pequeño partido de inclinación islámica, tenía 32,9%.
El Partido Democrático del Pueblo, pro-curdo, apenas superaba el umbral mínimo del 10% para formar parte del parlamento, con 10,15%. Si ese partido logra integrarse al cuerpo legislativo, podría reducir la cantidad de escaños que la alianza de Erdogan controlará, lo que pondría en peligro la mayoría parlamentaria que él desea.
Erdogan busca reelegirse por un período de cinco años y amasar más poder bajo el nuevo sistema, que él insiste traerá estabilidad y prosperidad a Turquía, especialmente tras un conato de golpe de Estado en el 2016 que ha dejado al país bajo estado de emergencia. Su partido también espera retener su mayoría en el parlamento.
Ince, quien habló luego que los centros de votación cerraron, advirtió a los funcionarios públicos involucrados en la elección que hicieran su trabajo “apegándose a la ley” y sin temor, insinuando que estaban siendo presionados por el gobierno. Pidió a todos los turcos que estén alertas en los centros de votación y que no se “desmoralicen” por lo que calificó de posible manipulación de noticias.
Erdogan, quien ha estado en el poder desde el 2003, ha enfrentado una oposición más robusta y unida que nunca antes.