Argentina elimina los límites a las operaciones cambiarias con divisas

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Los argentinos podrán volver a comprar dólares sin restricciones a partir del jueves después de cuatros años de fuertes límites a las operaciones cambiarias impuestas para frenar un escape de divisas, pero al costo de paralizar la economía del país sudamericano.

El gobierno de Mauricio Macri anunció el miércoles el fin de las trabas implementadas por su antecesora Cristina Fernández en 2011, por lo que pequeños ahorristas, importadores y exportadores volverán a operar libremente con divisas. Esta medida, no obstante, podría desencadenar una brusca devaluación que afectaría el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables de la población.

“Estamos muy contentos de poder anunciar el final del cepo cambiario en Argentina”, anunció en rueda de prensa el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay. “El que quiera exportar lo va a poder hacer, el que quiera importar también. El que quiera comprar dólares podrá hacerlo, nadie lo va a perseguir”.

Con un bajo nivel de reservas en el Banco Central –24.000 millones de dólares– el fin de los límites cambiarios podría acarrear una fuerte suba del valor del dólar. El miércoles la divisa cotizó a 9,91 pesos por unidad en el mercado oficial, mientras que en el ilegal cerró a 14,57 pesos.

“Ojalá lo supiera”, respondió Prat Gay cuando le consultaron sobre la cotización del dólar en el primer día sin cepo cambiario. “Veremos mañana (por jueves) lo que puede pasar”.

Con Venezuela como único antecedente en la región, el cepo cambiario fue aplicado por la presidenta Fernández (2007-2015) para frenar una constante fuga de divisas y para contener las reservas del Banco Central, objetivos que el plan pudo cumplir sólo parcialmente y a costa de una parálisis en distintos sectores de la economía.

Los límites restaron popularidad a la mandataria debido a que los argentinos estaban acostumbrados a ahorrar en dólares por las sucesivas crisis económicas que sufrieron a lo largo de la historia.

La imposibilidad de girar divisas al exterior llevó a muchas compañías de capital extranjero a frenar sus inversiones en el país, mientras el mercado inmobiliario –las propiedades se cotizan en dólares– se desplomó. Muchas industrias demandantes de insumos importados cerraron y los agro-exportadores optaron por retener sus cosechas, con lo cual el país perdió una de sus principales fuentes de divisas.

Por las restricciones se generaron distintos tipos de dólar, entre ellos el apodado “blue” para referirse al que cotiza en el mercado negro. Ese circuito ilegal era reconocido por el propio gobierno ya que el Banco Central intervenía para que el precio del dólar no se disparara.

Prat Gay dijo que a partir del jueves habrá un único tipo de cambio y que se fija en dos millones de dólares por mes por persona jurídica y física para compra de dólares para atesoramiento.

“El cepo mató la gallina de huevos de oro que son los sectores que generan divisas. Creemos que con estas medidas van a aparecer esos dólares, lo de los exportadores, los que lo tienen debajo del colchón”, indicó Prat Gay.

En ese sentido adelantó que en las próximas cuatro semanas al país ingresarán entre 15.000 y 25.000 millones de dólares por distintas fuentes. Por un lado, las compañías cerealeras se comprometieron a liquidar 400 millones de dólares por día durante el próximo mes.

A su vez el Banco Central está gestionando un préstamo con entidades bancarias de capital extranjero y la conversión de yuanes a dólares por un acuerdo vigente de intercambio de monedas con China. El ministro también destacó la voluntad de empresarios argentinos de “adelantar fondos para la inversión”.

De concretarse esta entrada de divisas, el Banco Central tendrá más capacidad de maniobra para llevar adelante un mecanismo de “flotación sucia” mediante el cual la entidad intervendrá en el mercado de cambios para regular su cotización.

Los economistas advierten que con el actual nivel de reservas el margen de intervención del Banco Central es limitado y por lo tanto la cotización de dólar podría sufrir un brusco repunte en los próximos días, con el riesgo de que se traslade a los precios. Antes de anunciarse la medida, se estimaba una inflación para este año del 25 al 30%.

Para evitar que la devaluación impacte en el valor de la canasta básica de alimentos, Prat Gay adelantó que el gobierno mantendrá el programa de Precios Cuidados –acuerdo de precios con grandes cadenas de supermercados– y tomará las medidas necesarias para evitarlo.

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