El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo por segunda vez este año su expectativa económica para América Latina y el Caribe y proyectó el lunes un crecimiento regional de 1,2% en 2018 y 2,2% en 2019.
La tasa prevista para 2018 –0,8% por debajo del pronóstico que había emitido en abril y 0,4% por debajo del pronóstico que había actualizado en julio– coincide con las contracciones de Argentina y Venezuela, y un crecimiento desacelerado en Brasil.
La nueva proyección representa un leve declive respecto al crecimiento de 1,3% que la región experimentó en 2017, pero duplica la expectativa más pesimista emitida la semana pasada por el Banco Mundial: 0,6% este año y 1,6% en 2019.
Argentina y Venezuela serán los únicos países de la región que verán contraer sus economías este año.
El FMI espera que la economía argentina se contraiga 2,6% este año y 1,6% en 2019 –tras expandirse 2,9% en 2017– como consecuencia de las turbulencias financieras que han azotado a la nación sudamericana y a un súbito recorte del gasto público producto del préstamo por 57.000 millones de dólares que el organismo le extendió recientemente.
La inflación probablemente se elevará al 32% debido a la sustancial devaluación de su moneda, el peso.
Por su parte, la economía venezolana se contraerá este año 18% y otro 5% en 2019, debido a un desplome en su producción petrolera y a la inestabilidad social y política.
El FMI estimó que el producto interno bruto per cápita se ha contraído más del 35% en Venezuela entre 2013 y 2017, y pronosticó que la reducción se acercará al 60% durante la década 2013-2023.
La hiperinflación venezolana continuará agravándose por el sostenido financiamiento monetario de grandes déficits fiscales y la pérdida de la confianza en el bolívar.
El Fondo calcula que la tasa inflacionaria cerrará este año 1.370.000% y que en 2019 se trepará a los 10 millones. Brasil superará con 1,4% este año la tasa de 1% registrada en 2017 gracias a una recuperación de la demanda privada.
Sin embargo, el FMI redujo en casi un punto porcentual su expectativa para la economía más grande de la región debido al impacto de una huelga nacional de transportistas y a un endurecimiento de las condiciones financieras externas, tales como la apreciación del dólar y el alza de las tasas de interés estadounidenses.
Además, verá a su tasa inflacionaria alcanzar 3,7% en 2018 y 4,2% en 2019 debido a un repunte en los precios de los alimentos tras una sequía extraordinaria en 2017.
El FMI prevé que la economía de México se expandirá a 2,2% este año gracias al crecimiento del 2,9% experimentado por Estados Unidos y que la inflación caerá al 5% en 2018 y al 3% en 2020, alcanzando así la meta del Banco Central.
El crecimiento de apenas 0,6% este año en Sudamérica palidece frente al 2,8% en Centroamérica, 4,4% en el Caribe y 3,7% para la economía global.
El FMI difundió sus proyecciones de crecimiento económico global mientras celebra esta semana su reunión otoñal en Indonesia.