El rechazo expreso de los socialistas a Mariano Rajoy (PP, centroderecha) hace casi inviable su reelección como presidente del Gobierno español tras las elecciones legislativas de ayer, en las que todos los partidos quedaron lejos de una mayoría absoluta. El Partido Popular (PP) logró 123 escaños frente a los 90 de los socialistas (PSOE), 69 de Podemos (izquierda antiausteridad) y 40 de Ciudadanos (liberales). Todo ello en un Congreso formado por 350 diputados, en el que la mayoría absoluta está fijada en 176 y que se completa con fuerzas nacionalistas y minoritarias de izquierda.
El PP ha perdido 3,6 millones de votos y 63 escaños respecto a hace cuatro años y su hipotético aliado sería Ciudadanos, cuyo líder, Albert Rivera, se ha mostrado partidario de que la lista más votada intente formar gobierno, tarea que su partido podría facilitar. Hoy mismo Rivera dijo que “lo más razonable” sería que Mariano Rajoy intente formar gobierno en minoría y que con ese objetivo ellos podrían abstenerse y estar en la oposición.
Rivera desplazó el foco de atención al PSOE, del que afirmó que lo fundamental es que decida si se va a abstener para facilitar ese gobierno en minoría del PP o intentará formar gobierno con “once partidos políticos” minoritarios, a lo que Ciudadanos votaría en contra.
Mientras Rivera hacía estas declaraciones estaba reunida la Ejecutiva del PSOE, tras la cual el secretario de Organización del partido, César Luena, dio un “no” claro a Rajoy como jefe del Ejecutivo.
Eso hace difícil su reelección, ya que el líder del PP no contaría con mayoría absoluta en la primera votación ni simple (más síes que noes) en la segunda al carecer de apoyos. El PSOE concede al PP la responsabilidad, como fuerza más votada, de intentar en las próximas semanas formar gobierno y César Luena eludió ir más allá de esos cálculos.
Por eso no quiso comentar la hipótesis de que el candidato socialista, Pedro Sánchez intente aglutinar en torno suyo una mayoría de izquierdas, también difícil porque implicaría contar con fuerzas minoritarias nacionalistas y de izquierdas. Sin embargo, el “número dos” socialista sí quiso recordar que su partido es el principal entre la izquierda en España y que el voto de ayer implica un fuerte retroceso del PP y un giro hacia posiciones progresistas. Esas palabras podrían interpretarse como un guiño a Podemos, la formación creada a principios de 2014 y que se identifica con el movimiento de “indignados” contra la clase política tradicional.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, recordó hoy a los socialistas que han obtenido los peores resultados electorales de su historia y les advirtió de que es preciso entender la plurinacionalidad de España. Las palabras de Iglesias se enmarcan en la aspiración de los nacionalistas catalanes de avanzar en su soberanía y hoy el dirigente de Podemos aseguró que la celebración de un referéndum sobre la independencia en Cataluña es imprescindible en este momento.
“Ni por activa ni por pasiva, Podemos va permitir un Gobierno del PP, ni con votos a favor ni con la abstención”, proclamó Iglesias, partidario de marcar como ejes irrenunciables en sus negociaciones el blindaje constitucional de los derechos sociales en vivienda, sanidad y educación públicas y la reforma del sistema electoral, entre otros puntos.
La hipótesis de un referéndum de independencia en Cataluña es rechazada por los socialistas, PP y Ciudadanos. Por su parte, Mariano Rajoy reunirá en la tarde de hoy a la dirección de su partido para analizar los resultados electorales, aunque ya ayer, a las pocas horas del cierre de los colegios, avanzó que su intención es dialogar para intentar formar un gobierno estable.
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