El valor de los ecosistema protegidos en la República Dominicana está estimado en US$2,549 millones, de los cuales el 80.5% lo componen la provisión de agua, control de la erosión y belleza escénica, según un estudio de técnicos del Instituto Tecnológica de Santo Domingo (Intec).
Bajo el título “¿Cuál es el valor de los ecosistemas protegidos de la República Dominicana”, el estudio identifica 22 servicios de las 123 unidades del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) y que abarcan el 25% de todo el territorio.
Además de los tres descritos la lista abarca la provisión de alimentos, pesca marina, recursos genéticos, medicinales, materias primas, recursos ornamentales, recreación, valores culturales y artísticos, regulación climática e hídrica, prevención de desastres, tratamientos de residuos, polinización, control biológico, formación de suelos, ciclaje de nutrientes y función de refugio y criadero.
Los autores del estudio del Intec son Víctor Gómez Valenzuela, Francisco Alpízar y Solhanlle Bonilla-Duarte.
Limitada. Sin embargo, el estudio indica que existe una protección limitada de los ecosistemas críticos pero no mitiga las amenazas y presiones sociales, políticas y económicas que se ciernen sobre las áreas protegidas y que ponen en peligro su integridad en las zonas núcleos y de amortiguamiento. “Ante la situación descrita el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales tiene el desafío ineludible de redefinir el alcance, tamaño y composición del SINAP para que pueda responder a los requerimientos de desarrollo sostenible del país y ser al mismo tiempo una herramienta de conservación, desarrollo y ordenamiento del territorio”.
Contrastes. El trabajo indica que el SINAP ha crecido en términos de unidades de conservación a un ritmo mucho más intenso que su consolidación institucional. Apunta que la cantidad existente no puede ser manejadas de forma efectiva por las serias limitaciones presupuestarias y sobre todo el gasto mínimo.
Indica que de hecho solo el 21% de las unidades de conservación cuenta con planes de manejo y alrededor del 50% carece de estructuras administrativas.
“El resultado es que se cuenta con más unidades de conservación, más superficie protegida pero un grado de eficiencia y eficacia cuestionables”.
La región con mayor porcentaje de áreas protegidas es la región Enriquillo con una superficie equivalente al 50.8% de su territorio. Es una de las zonas de mayor nivel de pobreza del país.
En contraste está la región Ozama (donde está situado el Gran Santo Domingo), que tiene la menor proporción de áreas protegidas, con poco más de 3% de su territorio.
El estudio cita que entre los problemas para la consolidación del SINAP se encuentran los altos niveles de pobreza de las comunidades periféricas, la baja inversión y la falta de ordenamiento territorial. Este último punto genera conflictos con actividades como el turismo, la minería, la agricultura, la expansión urbanas como resultado de la carencia de reglas de juego, y la falta de cumplimiento de las normas existentes, “sumado a la corrupción política y económica”.