Son meses de sigiloso trabajo para Google, pero ya se pueden ver los resultados. Alphabet, el gigante de Mountain View, quiere ser parte de la nueva generación de wearables y patentó sus Google Glass 2.0.
Esta semana, la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU -encargada de aprobar la electrónica personal- reveló fotos de cómo son los nuevos anteojos inteligentes por dentro y por fuera.
Lejos del glamour y la fanfarria de su primer versión, Google Glass vuelve con un diseño discreto y está enfocado al segmento empresarial. En vez de tener un marco delgado, el dispositivo tiene una bisagra que le permite ajustarse a otro par de gafas.
Además, el flamante prototipo cuenta con prisma plegable -que ahora es más grande- y es resistentes al agua y el polvo. También permitiría conectarle baterías externas, y contaría con un poderoso procesador Intel.
Con toda discreción, Google pretende evitar a toda costa el error que cometió con Explorer, su edición anterior, que fue sacado al mercado cuando todavía no estaba bien logrado (ver también: ¿Qué hay detrás del cierre de Google Glass?).
En febrero -y tras recibir fuertes críticas- el gigante tecnológico empezó todo el proyecto desde cero. Una serie de malas decisiones y hasta un escándalo amoroso estuvieron cerca de ponerle fin a uno de los proyectos más prometedores de Google que -ya podemos decir- ahora sí está de vuelta.