De acuerdo con los últimos datos de la Reserva Federal, en la primera semana de 2016 los bancos centrales extranjeros vendieron bonos del Gobierno de EE.UU. por un valor de 12.000 millones de dólares y durante la semana siguiente se deshicieron de otros 34.500 millones de dólares en bonos, lo cual constituye «el peor inicio de año de la historia», según recoge el portal Vestifinance.
Como resultado, la cantidad total de los bonos estadounidenses en las arcas de bancos centrales extranjeros se redujo hasta 2,962 billones de dólares, el nivel mínimo desde abril de 2015.
Mientras tanto, la caída semanal fue la mayor desde que China comenzó la liquidación de sus reservas de bonos del Tesoro a mediados de 2014.
Según destaca el portal, la tendencia actual «no es nada sorprendente» ya que debido a una alta volatilidad y a la crisis en muchas economías en desarrollo, los bancos centrales se ven obligados a vender los activos en dólares con el fin de estabilizar la situación de la moneda nacional o los mercados de valores.
El rol de China
Al parecer, China, que sigue vendiendo bonos del Gobierno de Estados Unidos, desempeña un papel importante en esta dinámica.
En este sentido, muchos economistas explican que las caídas tan drásticas están relacionadas exclusivamente con la venta de activos por parte del Banco Popular de China, seguido por otros bancos centrales asiáticos.
Por su parte, otros expertos señalan que, aunque bien no se puede subestimar la importancia de las acciones de China, la tendencia ha sido creada por casi todos los bancos extranjeros que están vendiendo bonos. «Esto tiene sentido puesto que actualmente muchas monedas están cayendo frente al dólar estadounidense y los reguladores están tratando de contener esta caída», puntualiza el artículo de Vestifinance.
¿Estamos ante «un gran choque»?
En esta situación, las preguntas que surgen son: ¿cuánto tiempo durará esta venta activa de bonos estadounidenses? ¿Cuánto tiempo durarán las reservas de los países, sobre todo las de China? «Algunos economistas sostienen que al ritmo actual, la mayor parte de los títulos de los bancos extranjeros pueden venderse en tan solo tres meses», indica el portal para advertir que «será un gran choque».
«Por un lado tendremos a China, que gastará una gran cantidad de dinero para frenar la salida récord de capitales, pero que aun así tendrá que permitir la libre flotación de su moneda, lo cual no hará más que empeorar la situación», explica el artículo.
«Por otro lado, no está claro cómo afectará todo esto a los bonos del Tesoro de EE.UU. y su rentabilidad», concluye el texto.