La decisión sobre la tasa de referencia se sustenta en un análisis exhaustivo del entorno internacional y doméstico, relevante para la economía dominicana, así como del balance de riesgos en torno a las proyecciones de inflación y a las expectativas del mercado. Se observó que al mes de noviembre, en términos acumulados, la inflación alcanzó 2.25%. Asimismo, la tasa interanual de inflación ascendió a 1.54% ese mes. Adicionalmente, la inflación subyacente, la cual refleja las condiciones monetarias de la economía, se redujo a 1.80% interanual. La inflación terminaría, al finalizar el año, en torno al límite inferior de la meta establecida en el Programa Monetario para 2015, convergiendo gradualmente hacia el centro del rango de 4.0%±1.0% en 2016.
En el contexto externo, la Reserva Federal (FED) inició el proceso de normalización de su política monetaria, con un incremento de 25 puntos básicos en su tasa de fondos federales. De acuerdo a la FED, este incremento no debería tener efectos nocivos sobre el desempeño de la economía estadounidense, por lo que la institución monetaria mantiene sus perspectivas de crecimiento en torno a su potencial e inflación cercana a 2.0% en el mediano plazo. La tasa de desempleo en Estados Unidos de América (EUA) se mantendría en torno al nivel considerado de pleno empleo. Un punto a destacar es que la decisión de la FED contribuiría a incrementar las tasas de interés internacionales y a mantener la apreciación que viene experimentando el dólar en los mercados globales de capital.
En cuanto a las proyecciones económicas más recientes de Consensus Forecast (CFC), se destaca un crecimiento de la economía mundial en torno a 2.6% en 2015, mejorando hasta 2.8% en 2016. El crecimiento mundial estaría liderado por la expansión de los países industrializados, al tiempo que se mantiene la desaceleración en las economías emergentes. En ese sentido, EUA registraría una expansión de 2.5% tanto en 2015 como en 2016, mientras, la Zona Euro (ZE) continuaría la consolidación de su recuperación con tasas de crecimiento de 1.5% en 2015 y 1.7% en 2016. Se espera que la inflación tienda a acercarse al 2.0% tanto en EUA como en la ZE, a la vez que el desempleo continúe reduciéndose.
Por otra parte, las condiciones macroeconómicas de las economías emergentes se mantienen débiles, a la vez que las perspectivas apuntan a una ligera mejoría en 2016. En esta línea, Consensus Forecast estima que América Latina se contraería en 1.0% en 2015 y caería 0.1% en 2016. Este resultado estaría influenciado por la evolución de Venezuela y Brasil, quienes se mantendrían en recesión hasta 2016, así como por la moderación del crecimiento en las economías exportadoras netas de materias primas de la región. Al mismo tiempo, en los mercados internacionales, se ha acentuado la caída de los precios del petróleo, que ya han disminuido a niveles mínimos desde 2009, mientras continúa la apreciación del dólar.
En el ámbito interno, la actividad económica sigue creciendo por encima de su potencial. La información más reciente del Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) tendencia-ciclo sugiere que la economía se encuentra por encima de la capacidad productiva de la economía, indicando que se cumplirían las previsiones actuales del Fondo Monetario Internacional que contemplan un crecimiento del PIB real en el rango de 6.5%-7.0% para el cierre de este año. En el sector financiero, los préstamos privados en moneda nacional exhiben un crecimiento de dos dígitos, superando el crecimiento del producto nominal.
Las cuentas externas de la economía continúan mejorando en un entorno de bajos precios del petróleo y de buen desempeño en los ingresos por turismo, remesas y exportaciones de zonas francas. Se prevé que para el cierre de 2015, el déficit de cuenta corriente se situé en torno a 2.0% del PIB, situación que se mantendría para el próximo año. En lo que respecta a política fiscal, se obtendría un superávit primario en el presente año que deberá mantenerse el próximo año, según el Presupuesto de 2016. Estos resultados positivos en las cuentas externas y fiscales, facilitarían la acumulación de reservas y la estabilidad relativa del mercado cambiario.
El Banco Central ratifica su compromiso de implementar la política monetaria orientada al logro de su meta de inflación, a la vez que seguirá monitoreando la evolución de la economía mundial y la coyuntura doméstica, a fin de adoptar las medidas necesarias ante posibles riesgos sobre la estabilidad de precios y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos.
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