Año Nuevo, resoluciones nuevas o, en el caso del aspirante a la nominación presidencial por el Partido Demócrata, Bernie Sanders, las mismas resoluciones pero con bríos renovados.
“La avaricia de Wall Street y el Estados Unidos corporativo está destruyendo el tejido mismo de nuestra nación. Y aquí tengo una resolución de Año Nuevo que mantendré si soy elegido presidente: si Wall Street no termina con su avaricia nosotros la terminaremos por ellos”
En lo que es una ratificación de su línea crítica frente al comportamiento del sector financiero durante la crisis del 2008, Sanders advirtió que ninguna institución bancaria debe ser considerada tan importante como para garantizarle rescate del Estado y ningún banquero puede estar por encima de la ley a la hora de enfrentar su responsabilidad en quiebras fraudulentas.
Sanders pidió la restauración de la ley de Glass-Steagall, aprobada en 1933 tras el Crack del 29 y derogada en 1999 por el entonces presidente Bill Clinton.
Esta ley separó durante décadas a las entidades financieras entre la banca de depósito, o bancos comerciales, y la banca de inversion, algo que según algunos analistas contribuyó al desastroso desenlace del 2007.
Sanders alertó que durante los primeros 100 días como presidente pedirá al Departamento del Tesoro que elabore un listado con los bancos comerciales y compañías de seguro cuyo fallo plantearía un «riesgo catastrófico» para la economía del país si no fuera rescatada por los contribuyentes.
«Durante el primer año de mi administración acabaré con todas estas instituciones. ¡Ya basta!», dijo Sanders recibiendo una fuerte ovación.
Narcotraficantes vs banqueros
El precandidato presidencial dijo «entender» la desilusión de la sociedad estadounidense en la política, justicia y el sistema financiero del país al señalar que desde el inicio de la crisis financiera de 2007 ningún banquero entró en prisión pese a «todo el dolor causado a la clase media y baja del país».
«Cuando un joven entra en prisión por vender marihuana pero a los ejecutivos de Wall Street, que causan dolor a millones de personas con sus negocios ilegales, no son ni procesados es que tenemos un sistema financiero corrupto», apuntó.
El demócrata abogó para que «la cantidad desproporcionada» de dinero que los contribuyentes pagan para financiar a los bancos cada vez que sacan dinero de un cajero o para mantener sus tarjetas de crédito se use «al servicio de los ciudadanos y no de Wall Street».
«En 2008 se salvó a todas las entidades financieras del desastre gracias a las contribuciones económicas de los ciudadanos y la de la Reserva Federal. Hoy la Reserva debe aplicar esa misma urgencia para responder a las necesidades de la clase media y no de los multimillonarios», terminó.
Contra Clinton
Sanders, el aspirante que mayores ataques ha dirigido a Wall Street, también acusó en repetidas ocasiones a Hillary Clinton, primera en las encuestas para ser la candidata demócrata a la Casa Blanca, de estar «equivocada» en sus propuestas para regular las principales entidades financieras del país.
«Hillary Clinton dice que solo debemos imponer nuevas pequeñas cuotas a la industria financiera. No estoy de acuerdo», aseguró el senador de Vermont, que levantó de los asientos a sus simpatizantes, en medio de gritos de «¡Bernie! ¡Bernie!».
El precandidato demócrata recordó que si la crisis financiera de 2008 estuvo a punto de acabar con la economía tanto del país como del resto del mundo fue por culpa de la administración Clinton, a la que señaló como «amiga de los titanes financieros».
Durante un evento de campaña en Iowa, la exsecretaria de Estado asegura que, a diferencia de Sanders, ella está dispuesta a ir “tras todo aquel que signifique un riesgo para nuestro sistema financiero.
“Con relación a mi oponente, quien es amigo mío, creo que tengo políticas más amplias y integrales sobre todo, incluyendo el control de Wall Street”, dijo Hillary Clinton en respuesta a las declaraciones de Sanders.