Diego Enrique Osorno (Monterrey, 1980) entró al despacho del magnate mexicano Carlos Slim con un maletín lleno de información sobre su fortuna. Durante cuatro años el periodista había hurgado en la vida del segundo hombre más rico del mundo y encontró las claves del ascenso de su imperio de telecomunicaciones —de la polémica compra de la telefónica estatal Telmex hasta sus desencuentros con Televisa—, la historia de su familia de origen libanés, el trabajo de su hermano Julián en la inteligencia mexicana, la relación del empresario con el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, así como su método para los negocios: comprar barato para reestructurar y revender.
Tras tres entrevistas con el magnate, Osorno descubre en Slim: Biografía política del mexicano más rico del mundo (Debate, 2015) a un millonario que gusta de leer sobre los genios de la economía y los negocios, un hombre austero que conduce su propio coche por las ruidosas calles de la Ciudad de México, un defensor de su familia y un empresario con posicionamientos políticos ambiguos. Slim habla de su monopolio de telefonía y niega que su poder económico sea un contrapeso en el sistema político mexicano.
Pregunta. ¿Por qué elegiste a Carlos Slim para hacer esta biografía?
Respuesta. El momento en el que se me ocurre investigar sobre Carlos Slim yo acababa de hacer una inmersión de mucho tiempo en Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Me había tocado escribir sobre pueblos donde la gente se moría de hambre literalmente y en algún momento se da esta noticia de que hay un mexicano que encabeza por primera vez la lista de Forbes de los más ricos del mundo. Y me pregunté cómo es que este país que está matando a esta gente de hambre también es capaz de producir al hombre más rico del mundo. El camino fue muy accidentado, aunque en México es más fácil reportear la marginación, la víctimas, y al hambre que acceder al poder y reportear el poder con independencia, encontré respuestas de varios líderes empresariales del país que no suelen hablar.
P. ¿Cuáles son las posturas políticas del mexicano más rico del mundo?
R. Él no tiene posturas políticas y lo dice textualmente. Yo le pregunté si es de izquierda o derecha y él dice que no tiene ideología y me parece que no está mintiendo. Creo que es alguien que no tiene una ideología política y que eso le ha permitido moverse tan fácilmente tanto con el poder en la derecha como con la izquierda.
P. ¿En qué cree Carlos Slim?
R. En el capital. Slim encarna la moral neoliberal de nuestros tiempos como pocas personas, no sólo en México sino en el mundo. Él dice que los empresarios no tienen que meterse en la política, sin embargo, él hizo el Pacto de Chapultepec. Digamos que tiene contradicciones como todos tenemos, pero el trabajo que me toca a mí es mostrar esas contradicciones para que podamos entender mejor al personaje.
P. Muestras un Slim que tiene mucho contacto con la calle. ¿Crees que tiene sensibilidad por los problemas que tocan a la gente más pobre?
R. Tiene una actitud inusual entre los millonarios. Su oficina es bastante sencilla en comparación con otras que son mucho más ostentosas. Algunos de sus detractores consideran que es una puesta en escena, que es un personaje que él se ha inventado precisamente para disminuir los reclamos de buena parte de la sociedad que ve como una injusticia el hecho de que exista alguien con ese nivel de fortuna. A mí me parece que sí hay algo genuino. Es alguien que tiene una filosofía muy austera para manejarse él y a la gente que está a su alrededor, eso explica una parte del porqué tiene esta fortuna. Sin embargo, eso no quiere decir que sea alguien popular o con un sentido social amplio. Es alguien que aprovecha las crisis para hacer negocios. El nivel de detalles que tiene sobre sus empresas o sobre la vida política del país me pareció impresionante. Ese nivel de información le permite leer muy bien el sistema y Slim lee el sistema como pocos en México.
P. ¿Cuál es tu conclusión sobre la venta de Telmex, el Gobierno le favoreció al entregarle la empresa o no?
R. El Gobierno iba a entregar Telmex a alguien del sistema. Le tocó a Slim por una razón, de acuerdo con (Jaques) Rogozinsky (operador de la privatización de Telmex), tuvo más que ver la variable de incorporar a un socio americano (Southwestern Bell). Otra cosa que no se sabía es que tuvo socios mexicanos que le ayudaron a juntar el capital. Había escuchado de esos empresarios pero pensaba que era una más de las leyendas, sin embargo, logré comprobar con documentos oficiales que sí existieron. El día de hoy son los miembros de la élite económica.
P. ¿Slim cambia sus lealtades según el momento?
R. No es que cambie sus lealtades, él es leal al sistema y si el sistema dice ‘Salinas es el rey’ entonces Salinas es el rey. En ese sentido es un hombre muy calculador, oportunista y sobre todo leal al sistema.
P. ¿Aprendiste algo de él?
R. Ya me puse a hacer mis balances financieros, nunca los había hecho. Hace unos meses empecé a hacer mis cuentas y no me salen. De repente me descubrí haciéndolas y dije ¡ah cabrón! gasto mucho en libros y revistas.
P. ¿Te parece un hombre feliz?
R. Me impresiona que alguien que tiene 75 años de edad y con este nivel de riqueza siga pensando en hacer negocios. Creo que la mayoría de la gente buscaría tener dinero para estar en tranquilidad, disfrutar de sus pasiones y de la gente cercana. El hecho de que siga dedicando tanto tiempo a los negocios y a seguir acumulando me habla de que no está tranquilo. No podría asegurar que es un hombre feliz.
P. ¿Y un hombre bueno?
R. Su filantropía es bastante limitada y tacaña. Tendría que ser un filántropo más radical para que el legado que deje esté a la altura de la enorme fortuna que ha acumulado gracias a la sociedad mexicana. Es necesario que Slim le devuelva más a México de lo que ha recibido en todos estos años de parte de millones de consumidores mexicanos, que por la estructura monopólica que tuvo la telefonía fija y celular, fuimos consumidores rehenes de él. Sobre todo si estamos viendo que Bill Gates y Warren Buffett están hablando de donar la mitad de su fortuna. No queda muy claro qué va a pasar con toda esta riqueza que ha acumulado gracias a México.
P. ¿Él es consciente de que te dio acceso a información que nadie más ha tenido?
R. Llegó a las entrevistas con la máscara que suele ponerse, digamos que a lo largo de las charlas él se fue abriendo un poco más y fue contando cosas que no había contado. Y debo decir que durante las entrevistas, a diferencia de otros personajes que se incomodan con las preguntas, se levantan y se van, Slim se mantuvo firme.
P. ¿Slim ya leyó tu libro?
R. No sé si lo ha leído, no he tenido ninguna comunicación. Lo que sabemos es que sus hijos Carlos y Patrick lo estaban leyendo.
P. ¿Se va a vender en Sanborns [las tiendas de Slim en México, que registran la mayor venta de libros del país]?
R. Parece que sí, no está en mesas de novedades y es una compra muy sencilla hasta ahora.