Durante mucho tiempo hemos pensado qué es lo que causa la longevidad femenina (…); la naturaleza ha llevado a las hembras a evolucionar de esta manera, (porque) cuando vives más tiempo puedes asegurar el bienestar de tu prole y posiblemente el de sus descendientes”, señaló la investigadora Dena Dubal, autora principal del estudio que descubrió “el secreto”. Este está publicado en la última edición de la revista científica Aging Cell.
Se trata de una investigación de la Universidad de California San Francisco (UCSF), donde la investigadora Dena Dubal es profesora asistente de neurología.
El trabajo concluye en que se puede atribuir al segundo cromosoma X que las mujeres tienen (los machos poseen uno X y otro Y) la posible causa de la longevidad femenina. También se debe a lo mismo las otras ventajas fisiológicas que tienen las hembras de diferentes especies, incluída la humana.
El cromosoma Y no es esencial para sobrevivir
El cromosoma Y del hombre tiene pocos genes cerebrales y, además, no es esencial para sobrevivir, se señala en el estudio.
“La longevidad femenina se observa en los humanos y también en gran parte del reino animal, pero sus causas siguen siendo difíciles de determinar (…); comprender las causas del por qué las diferencias en el envejecimiento basadas en el sexo podría conducir a nuevas vías para contrarrestar el declive inducido por la edad en ambos sexos”, se lee en allí.
Los científicos experimentaron con ratones, a los que modificaron genéticamente para concluir en que, al contrario de la riqueza biológica que aporta el cromosoma X femenino, el Y masculino efectivamente “no es necesario para la supervivencia” y “contiene algunos pocos genes diferentes de aquellos que crean características sexuales secundarias”.
Entre estas característias secundarias los investigadores nombraron el vello facial.
Los investigadores compararon ratones de laboratorio con cuatro diferentes combinaciones de cromosomas y gónadas (órgano formador de gametos masculinos o femeninos), las dos que se encuentran en la naturaleza -XX en ovarios y XY en testículos- y otras dos creadas en laboratorio.
Cromosomas XX en testículos y XY en ovarios
A través de la manipulación genética, se efectuaron combinaciones que originaron cromosomas XX implantados en testículos y cromosomas XY en ovarios. Siempre el mayor tiempo de vida fue registrado en aquellos ratones con cromosomas XX, que superaron el promedio de vida de 21 meses y alcanzaron incluso los 30 meses.
Los genes XX implantados en gónadas evitaron la muerte prematura de los animales, pero solo extendieron su vida en uno o dos meses.
“Para una mayor vida útil, los ratones necesitan tener ovarios con dos cromosomas XX, según el orden natural”, resumió Iryna Lobach, profesora asistente de epidemiología y bioestadística de UCSF y coautora del informe.
También coincide en que la presión evolutiva puede depender de una mayor supervivencia y una vida más larga en las hembras para así “asegurar un cuidado adicional y una mejor condición física para generaciones de descendientes genéticos” y que “más muertes masculinas podrían beneficiar a la próxima generación al reducir la competencia por recursos y parejas”.
Envejecimiento saludable en ambos sexos
Los científicos admiten que “aún queda por determinar si la presencia de un segundo cromosoma X o la falta de una Y dictan las causas genéticas de esta ventaja femenina intrínseca”, así como que merece ser estudiada muy a fondo “la forma en que la señalización de la hormona induce la supervivencia mediada por ovarios en presencia de un segundo cromosoma X”.
En el resumen se insiste en que “la identificación y modulación de los mecanismos intrínsecos derivados de la ventaja femenina XX podría abrir nuevas vías para modificar e incrementar el envejecimiento saludable en ambos sexos”.
Mejorar vida humana eliminando células senescentes
Otro estudio con ratones de laboratorio publicado recientemente por la revista científica Nature Medicine se centró en la eliminación de células senescentes como mecanismo para mejorar la vida de los humanos y alargar el período de vida sin la presencia de enfermedades derivadas de la edad.
“Esta es una investigación emocionante”, dijo el director de la División de Biología del Envejecimiento del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos, el PhD Felipe Sierra, al comentar el estudio que demuestra que dos fármacos senolíticos -uno que se utiliza para tratar cierto tipo de leucemia y otro un antioxidante, ambos existentes en el mercado- pueden aliviar la disfunción física, por ahora en ratones.