Llena de cultura, arte e impresionantes estructuras arquitectónicas, la capital del estado federado de Sajonia, Dresde, cautiva y envuelve con sus historias a cada visitante que llega. Es una ciudad levantada de las cenizas, tras ser bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial.
Sus impresionantes y bien cuidadas edificaciones hacen casi imperceptible a la vista del turista que las estas fueron reconstruidas, muchas en su totalidad, luego de la destrucción de la ciudad en 1945.
Aproximadamente a dos horas y media de la capital alemana, Dresde se eleva sobre el imponente río Elba. Setenta y dos años después de su devastación, sus castillos medievales, sus solemnes iglesias, los museos perfectamente cuidados y sus concurridas calles hacen del lugar un paraíso para los amantes de la historia y la arquitectura.
La iglesia Frauenkirche, reconstruida y representando el protestantismo, el edificio de la ópera con su estilo barroco (la Semperoper) y el palacio Zwinger, caracterizado por la estética del Renacimiento, representan las obras más icónicas de la ciudad, las cuales atraen a excursionistas a disfrutar de un armonioso paisaje que combina lo antiguo con lo moderno.
En sus calles se respira historia
Caminar por sus calles fue placentero, al llegar a Dresde el lugar te acoge y te envuelve en una sensación que te hace creer que estás dentro de cuentos medievales, y es que sus majestuosas edificaciones barrocas y renacentistas lo hacen un espacio mágico.
Grandes museos, imponentes castillos, sublimes iglesias y lugareños se conjugan en un ambiente acogedor y al mismo tiempo intimidante por sus grandezas.
Visitar la capital de Sajonia se convierte en una experiencia única por las riquezas culturales e históricas que convergen en un mismo lugar.
El recorrido
Con una temperatura en los ocho grados celcius, el clima fue muy favorable para recorrer la ciudad. El pasado marzo de este año, periodistas que cubren turismo visitaron la emblemática ciudad de Alemania sin mucho tiempo para ir a cada museo, pero con grandes expectativas.
Con tantas historias por contar que tenía la guía turística, una tarde no fue suficiente para aprenderlo todo sobre su rica cultura y costumbres.
Sin embargo, las más emblemáticas edificaciones fueron las protagonistas de ese día, en que el interés por conocer era bastante y el tiempo para hacerlo era poco.
Mientras se caminaba por sus calles se escuchaban distintos idiomas de turistas que llegaban procedentes de todo el mundo con un mismo sentir, admiración por lo que veían.
Buhoneros ofreciendo bisuterías y piedras semi preciosas, postales, tiendas para turistas, estatuas vivientes, restaurantes con comidas típicas e internacionales, formaban de manera armónica un ambiente colonial acogedor.
¡Dominicanos al fin!
La delegación dominicana que asistió a la edición número 51 de la Bolsa Internacional de Turismo (ITB Berlín 2017) puso en evidencia la esencia del dominicano, cuando recorriendo las calles de Dresde y para combatir el frío que se sentía en la ciudad, de manera espontánea se pusieron a bailar perico ripiao, lo que concitó las miradas de quienes por allí pasaban, llegando incluso a grabar la escena.
La verdad es que la experiencia vivida en esta imponente ciudad hace que quede en los visitantes el deseo de volver a conocer más detalles de su historia, su cultura y su gente.
Atracciones
Muchos son los lugares a visitar por los turistas, quienes tienen un abanico de opciones a elegir. Los siguientes pueden ser parte de ellos. La iglesia luterana Frauenkirche, la Terraza de Brüh y el Mosaico del Desfile de los Príncipes.