Un grupo de personas ha presentado una demanda colectiva contra Apple y Samsung en California (EE.UU.), alegando que los teléfonos móviles de esas compañías incumplen los estándares de radiación máxima y ponen en riesgo la salud.
Según reza la denuncia, teléfonos móviles de esas empresas exponen a los usuarios a emisiones de radiofrecuencia “en algunos casos un 500 por ciento” por encima de los límites impuestos por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés).
Citando “numerosas publicaciones científicas recientes”, los demandantes señalan que estas emisiones provocan “un mayor riesgo de cáncer” y otra serie de efectos nocivos, incluidos daños genéticos, cambios en el sistema reproductivo, y trastornos neurológicos.
Ninguno de los demandantes afirma haber sufrido alguna enfermedad o dolencia producto del uso de estos teléfonos, sino que buscan retribución de parte de esas empresas por presuntamente incurrir en delitos como negligencia, incumplimiento de garantía, fraude al consumidor y enriquecimiento injusto.
El incumplimiento citado en el texto judicial se deriva de una reciente investigación de laboratorio encargada por Chicago Tribune, en la que se midió un indicador de radiación denominado tasa de absorción específica —medido en watts por kilogramo (w/kg)— de aparatos recién comprados de modelos como el iPhone 8, iPhone X, y el Galaxy S8.
La FCC señala que ningún teléfono vendido en EE.UU. puede exceder los 1,6 w/kg, pero su regulación permite medir esta tasa a hasta 25 milímetros del aparato. La nueva investigación incluyó mediciones a 10 milímetros, 5 milímetros y a 2 milímetros, distancia que podría haber entre la pierna de un usuario y el teléfono en su bolsillo.
Todos los modelos de Samsung y Apple examinados a 2 milímetros presentaron mediciones por encima del límite permitido, entre ellos varios iPhone 7 puestos a prueba que incumplieron a los 5 milímetros, la distancia a la que esa última compañía prueba la radiación de sus productos.
Al comentar estos resultados, Apple alegó que utiliza un método de medición diferente al utilizado en la investigación, y tanto esa como otras compañías subrayan que ninguna organización importante de salud pública ha podido vincular el uso del teléfono celular con el cáncer u otras dolencias graves. La FCC, no obstante, aseguró que realizará su propia verificación de estos teléfonos en los próximos dos meses.
Entretanto, algunos tachan de inadecuado el lineamiento de 1,6 w/kg, establecido en 1997 cuando los celulares eran mucho menos potentes que los actuales. Estudios recientes apuntan a que una radiación 2.000 veces menor puede debilitar el ADN de ratas de laboratorio y disminuir su conteo de esperma, mientras que dosis hasta cuatro veces menores han sido ligadas a una mayor probabilidad de tumores malignos en ratas.
Investigadores señalan además que los niños pueden absorber hasta un 150 % más radiación que los adultos, una preocupación que se suma a los potenciales problemas que podrían presentar nuevas tecnologías de telecomunicaciones incluso más potentes, como lo es el 5G.