Investigadores del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall en Barcelona (España), han descubierto que un biomarcador de la proteína tau, recientemente descrita para detectar la fase más avanzada del alzhéimer, también advierte de la fase asintomática de la enfermedad en el líquido cefalorraquídeo y en la sangre.
El estudio, que publica la revista ‘EMBO Molecular Medicine’, abre la puerta a que la proteína tau pueda ser diana terapéutica incluso para prevenir la demencia asociada al alzhéimer y, además, según los investigadores, permitirá mejorar la selección de participantes en ensayos clínicos de la enfermedad.
Los investigadores del BBRC han analizado una serie de nuevos biomarcadores de la proteína tau fosforilada (o p-tau, su acrónimo en inglés), que es uno de los sellos distintivos del alzhéimer, para averiguar si también son capaces de detectar la fase preclínica de la enfermedad.
Según el neurólogo y primer autor del estudio en el BBRC, Marc Suárez-Calvet, «nuestros hallazgos abren la puerta a desarrollar nuevas formas de detectar la fase preclínica del alzhéimer y a enriquecer la selección de participantes para estudios de intervención u observacionales dirigidos a esta fase asintomática de la enfermedad».
En este sentido, Thomas Karikari, colíder del estudio de la Universidad de Gotemburgo, ha indicado que «una de las posibles vías para mejorar el éxito del desarrollo de fármacos para tratar el alzhéimer es probarlos en personas que estén al inicio de la fase preclínica, cuando se producen cambios muy sutiles en el cerebro que son muy difíciles de medir».
«Nuestros hallazgos muestran también el potencial de las herramientas altamente sensibles que hemos desarrollado para avanzar en la detección precoz y en los ensayos clínicos de la enfermedad», ha añadido Karikari.
El estudio ha contado con la participación de investigadores de la Universidad de Gotemburgo, del Hospital del Mar, del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES).
Suárez-Calvet ha explicado que muchos años antes del inicio de los síntomas del alzhéimer en el cerebro se producen dos eventos neuropatológicos que actualmente confirman el diagnóstico de la enfermedad: la formación de ovillos neurofibrilares de la proteína tau, y la acumulación de placas de la proteína beta amiloide.
Según la investigación, la proteína tau agregada a los ovillos que se forman en el cerebro está anormalmente hiperfosforilada en el continuo de la enfermedad de Alzheimer, y una de las formas más extendidas para detectarla, tanto en fase preclínica como cuando ya existen síntomas, es mediante la medición del biomarcador p-tau181 en el líquido cefalorraquídeo.
«En los últimos meses han salido a la luz diferentes estudios que apuntan a que se puede diagnosticar el Alzheimer y definir el grado de la enfermedad mediante el análisis de otros biomarcadores de la proteína tau, y la finalidad de este estudio ha sido comprobar si estos nuevos biomarcadores descubiertos también son efectivos para detectar la fase preclínica de la enfermedad», ha señalado el investigador.
La investigación se ha hecho con 381 participantes, de entre 45 y 75 años y la mayoría descendientes de personas con Alzheimer, del Estudio Alfa + del BBRC, centro impulsado por la Fundación La Caixa.
Estos participantes acuden periódicamente al BBRC para hacerse pruebas clínicas, de enfermería, neuroimagen y cognición, aunque no presentan alteraciones cognitivas, pero sí algunos biomarcadores asociados a la fase preclínica de la enfermedad.
El Estudio Alfa es una de las cohortes más amplias y mejor caracterizadas del mundo dedicadas a la investigación de la fase preclínica del Alzheimer.
Gracias a los extensos datos que disponen de los participantes, los investigadores han podido analizar la presencia de estos nuevos biomarcadores de la proteína tau y contrastarla con mediciones de otros biomarcadores en muestras de líquido cefalorraquídeo, sangre y pruebas de neuroimagen como la tomografía por emisión de positrones.
Los resultados de la investigación han revelado que los biomarcadores p-tau181, p-tau217 y p-tau231 sirven para detectar la fase preclínica del Alzheimer, incluso cuando solo se detectan cambios muy sutiles en la patología de la proteína beta amiloide.
Asimismo, son capaces de diferenciar a los participantes con y sin patología amiloide.
«Nuestra investigación sugiere que en la fase preclínica de la enfermedad de Alzheimer se producen cambios muy tempranos en el metabolismo de tau, tras el cambio del metabolismo de la proteína beta amiloide, lo que sugiere el potencial papel de la proteína tau como diana terapéutica incluso para prevenir la demencia asociada a Alzheimer», ha resumido José Luis Molinuevo, impulsor del Programa de Prevención del Alzheimer del BBRC y autor principal del estudio.
Según Suárez-Calvet, el biomarcador detectado en sangre «puede cambiar en los próximos años la práctica clínica, ya que permitirá mejorar el diagnóstico de los pacientes con Alzheimer, tanto en su fase asintomática como sintomática».