Tailandia está en vilo esperando saber noticias de doce adolescentes y su entrenador de fútbol que desde el sábado están atrapados en una cueva inundada. Ayer martes centenares de personas seguían movilizadas por tercer día consecutivo en el norte de Tailandia para encontrarlos.
Submarinistas del Ejército tailandés sondeaban el fondo de la cueva, donde el agua alcanzó en algunas partes hasta cinco metros de altura debido a las fuertes lluvias del monzón de los últimos días.
A pocos metros del lugar, los padres de los 12 niños atrapados organizaron plegarias. Algunos pasaron la noche en pequeñas tiendas en un terreno fangoso frente a la cueva de Tham Luang, situada en el distrito de Mae Sai, en el norte de Tailandia, cerca de la frontera con Birmania.
«Hijo, vine a buscarte», decía llorando una de las madres. «Recé a Dios por ellos, pero en mi corazón sé que van a sobrevivir», dijo el padre de uno de los niños.
Se cree que el grupo de doce adolescentes de entre 11 y 16 años, miembros de un equipo de fútbol, y su entrenador entraron el sábado en la cueva para refugiarse del mal tiempo.
«Trabajamos contrarreloj», dijo el ministro de Interior, Anupong Paojinda, que el martes llegó al lugar. El jefe de la junta militar, Prayut Chan- O-Cha, que regresó de un viaje a Gran Bretaña y Francia, pidió la «movilización de todos» para encontrarlos vivos.
El acceso a la cueva, que tiene varios kilómetros de galerías, está en un camino muy empinado. En el lugar trabajan tres equipos de socorristas. Uno se quedó afuera y otros dos, que incluyen submarinistas, entraron dentro. «Nuestro equipo bajó muy temprano esta mañana y explorará el fondo de la gruta. No hay conexión de red en el interior por lo que tenemos que esperar a que el equipo vuelva a subir», dijo el martes en Facebook la Marina tailandesa.
Por la tarde, miembros del Ejército comenzaron a construir un embalse para evitar la entrada del agua que cae de la montaña y sigue inundando la cueva, según un responsable de la región. El servicio meteorológico indicó que las lluvias deberían continuar al menos un día más, lo que podría obstaculizar los esfuerzos de los socorristas.
Los primeros días de búsquedas no permitieron hallar el menor rastro del grupo dentro de la cueva. Las autoridades piensan que podrían haberse refugiado un poco más lejos dentro de la cueva para escapar a la inundación.
Entre los que esperan noticias frente a la cueva está uno de los compañeros de los jóvenes, un adolescente de 15 años. «No puedo concentrarme en la escuela sabiendo que están allí», dijo.
La alerta la dio una madre al ver que su hijo no regresó el sábado por la noche. Los socorristas encontraron bicicletas, botines de fútbol y mochilas en la entrada del lugar y varios dijeron haber visto huellas en una de las cámaras de la cueva.
Las búsquedas comenzaron el sábado pero tuvieron que interrumpirse esa misma noche. Al mismo tiempo el nivel del agua en la cueva subió, dificultando las búsquedas, por lo que tuvieron que intervenir submarinistas para cruzar las partes inundadas y fangosas.
La cueva Tham Luang no es muy frecuentada por los turistas extranjeros ya que está situada en un lugar alejado, pero atrae a los lugareños que veneran una pequeña estatua de Buda que hay dentro.
Los chaparrones caen regularmente en Tailandia durante la época del monzón, entre mayo y octubre, provocando generalmente inundaciones y deslizamientos de terreno.
En 2007 seis turistas y sus dos guías tailandeses murieron al verse atrapados por una repentina inundación en una cueva del parque nacional Khao Sok, en el sur de Tailandia.