Dos ejecutivos de Uber comparecieron ante la corte el jueves por acusaciones que podrían enviarlos a prisión y enfrentar a la empresa de transporte a uno de sus retos legales más serios hasta la fecha en Francia.
La compañía con sede en San Francisco cerró el servicio de bajo costo UberPop, que conectaba a usuarios con choferes no profesionales y fue la causa de las acusaciones criminales, sin embargo aún opera en Francia a pesar de las repetidas huelgas y tensiones, en ocasiones violentas, entre taxistas, y no está del todo prohibida en España e Italia.
Las acusaciones contra Thibaud Simphal, gerente general en Francia, y Pierre-Dimitri Gore-Coty, cabeza de Europa Occidental, incluyen dirigir una operación de taxi criminal, engaño comercial y violación de la ley de privacidad francesa al almacenar, procesar y guardar información personal de forma ilegal.
Se enfrentan a hasta cinco años en prisión y una multa personal de 300.000 euros (338.000 dólares). Uber Francia también está acusada y podría ser multada con 1,5 millones de euros (1,7 millones de dólares).
Ambos gerentes fueron notificados de las acusaciones por la fiscalía de París justo después de ser detenidos durante horas en junio.
Un vocero de Uber Francia, Thomas Meister, dijo que es “extremadamente inusual que un fiscal directamente te cite para comparecer en corte” después de una investigación policial.
Más de 200 choferes de UberPop han sido multados en juicios expeditos en Francia, pero el juicio del jueves será el primero para gerentes Uber en el país europeo.
Los taxistas franceses argumentan que Uber evade impuestos, responsabilidad social y cuotas de matrícula, y pone en peligro a los pasajeros. Uber cataloga de anticuado el sistema francés y dice que necesita una reforma radical para seguir el ritmo de los cambios tecnológicos.