Dr. Santa, un oasis de alegría para los niños del Robert Reid

Creadores. Los artífices han sido Gerardo García y Dayanara Hernández. Regalos. Unos 300 niños reciben su visita.

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Dar y recibir una sonrisa a los niños del Hospital Robert Reid Cabral, su abrazo tierno y el agradecimiento de sus padres son las mayores motivaciones del Doctor Santa y sus duendes, que desde hace 5 años llegan con juguetes, comidas y diversión.

Para la pareja de esposos Gerardo García y Dayanara Hernández, artífices de esta iniciativa, esta visita especial a los pequeños y adolescentes internados en este centro de salud les mueve las fibras más íntimas de sus cuerpos.

“Aunque es un día pesado, porque subimos y bajamos cinco pisos y duramos todo un mes recolectando los donativos y clasificándolos, ver la carita de felicidad de esos pequeños nos ha dejado enganchados y cada año que pasa vamos sumando más voluntades para darles un día diferente en medio de dolor”, nos cuenta Gerardo.

Cadena solidaria

“Duendes de Santa” se hace llamar el grupo del Doctor Santa.
En una época tan especial y hermosa como lo es la temporada de Navidad, afirman Gerardo y Dayanara, no se puede estar de espalda a la necesidad de los que más necesitan.

El Doctor Santa, encarnado por Gerardo García, nació de la inquietud de la pareja por transformar las caritas de los enfermos terminales del Hospital Robert Reid Cabral, con el apoyo de sor Carmen, religiosa de su dispensario médico.

Gerardo nos confiesa: “Para nuestra primera visita fuimos tocando las puertas de nuestros amigos y se nos han ido uniendo más. Al principio no lo promocionábamos, pero nuestra querida Rhina Ibert nos convenció de hacerlo para que otros se sumaran, y hoy contamos con 30 colaboradores directos, encabezados por Oliver Pellín y Tony Sánchez. Además, todos los donativos que recibimos gracias a la solidaridad de los empresarios”.

Hoy por hoy, llevaron alegría a unos 300 niños y, en este año, pudieron llevar un camión de 20 pies cargado de artículos, comida y juguetes.

En esta ocasión, cuenta Gerardo, se llevó un “photo booth” para dejarles una foto con Santa a cada niño, y “la alegría de sus rostros bastó para cargar nuestras energías para segui

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